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Eso que vi me sulfuró mucho, muchísimo, y lo peor es que, pienso, España produce vinos infinitamente mejores de los que estaban es esas estanterías y, sin desmerecer a nadie, mejores que los italianos que allí se exponían; a la vez España produce cavas mejores que los allí expuestos y mejores que bastantes champagnes allí exhibidos. ¿Es la culpa de esos almacenes berlineses?, en-ab-so-lu-to, pienso que lo es de como se hacen aquí las cosas. ¡Y eso que en eso somos muy buenos!.
http://lacartadelabolsa.com/leer/articulo/berlin_y_iiiBerlín – y IIISantiago Niño Becerra - Viernes, 10 de Agosto He dejado para el final tres cuestiones que me resultan incomprensibles para un carácter como el alemán, por lo que no puedo entender que estén sucediendo en la capital del Estado.La primera tiene que ver con el Checkpoint Charlie, un paso entre el sector estadounidense y el Berlín Oriental situado frente al actual número 43 de la Friedrichstraße, de hecho el más famoso de todos los existentes entre las dos zonas en las que Berlín quedó dividida.Hoy, en el mismo lugar que hasta 1990 ocupaba la caseta de control, sobre el asfalto, en el centro de calle, hay colocada una réplica de la caseta y un ¿actor? con uniforme del Ejército USA se hace una fotografía con quien quiera frente a un montón de sacos terreros por el módico precio de dos euros. Les aseguro que sentí vergüenza ajena cuando vi eso y fui incapaz de entender como un lugar con el simbolismo que ese punto tiene ha podido banalizarse y mercantilizarse de tal modo. ¡Y encima la caseta ni siquiera es la original restaurada!.En las imágenes adjuntas pueden ver el aspecto del lugar en la década de 1960s y el que mostraba el día 3 de Agosto del año en curso. (Fuente 1960s: panel explicativo junto al control).La segunda está vinculada con la lluvia. Podría pensarse -debería pensarse- que la eficiencia alemana también se muestra en los drenajes de calles, aceras y avenidas, máxime en una ciudad en la que la lluvia no es extraña y la nieve no es infrecuente, pues nada más lejos de la realidad. Cuando en Berlín llueve, sobre todo cuando caen chaparrones, en pocos minutos pueden formarse auténticos lagos en el asfalto, junto a los bordillos de las aceras, lagos que en las plazas pueden ser mares. Y no, eso no sólo pasa en el Berlín Oriental, también sucede en el Occidental. La pregunta es automática: ¿por qué no se han acometido obras de mejora en el alcantarillado considerando toda la obra pública que se está acometiendo?. La respuesta también es automática: es un misterio.La tercera tiene que ver con un símbolo exclusivamente alemán: la Puerta de Brandenburgo que cuando fue construida por Federico Guillermo II de Prusia en una de las puertas de las murallas tenía que dar acceso al nuevo Berlín y que hoy se halla al final de la avenida Unter den Linden. Bien, pues lo que se aprecia en el monumento y en sus alrededores en una amasijo de autocares, y ya en la avenida, gentes yendo de un sitio para otro sin orden ni concierto, puestos de venta de souvenirs y cachivaches varios, mimos vestidos de soldados de la DDR que por una moneda se hacen una foto contigo, alguien que también lo hace ataviado con un disfraz de oso, una pareja un tanto especial que baila un tango a la música de un bandoneón, terrazas de puestos de venta de refrescos,… Insisto, incomprensible.Si se me ocurre alguna cosa más ya se la contaré.::: ::: :::Esto también es España: en Girona, capital de la provincia más rica de España y una de las cuatro que integran una región con un -8,7% de déficit interregional, el Ayuntamiento ha decidido que los contenedores de basura de materia orgánica en los que superficies comerciales abocan sus desperdicios vayan pertrechados de candados. El objetivo, dice el ayuntamiento, es el de que todo aquel que lo necesite tenga acceso a los alimentos que precise, por ello en la ciudad se ha puesto en marcha un proceso por el que esos centros comerciales entregarán alimentos caducados pero aún de uso factible (?) a centros específicos para que sean distribuidos.No entro en si la medida es para evitar la mala imagen que da a una ciudad que grupos de personas escarben en la basura, por razones de oportunismo político, por buscar racionalizar una situación repetitiva, o por qué, pero es curioso que nadie se haya cuestionado el fondo del tema: que personas que residen en la capital de la provincia más rica de España y una de las cuatro que integran una región con un -8,7% de déficit interregional tengan que buscar en la basura unos alimentos que precisan para subsistir y a los que no pueden acceder de otro modo.(Y si me preguntan si he visto en Berlín a personas rebuscar en contenedores y papeleras, la respuesta es sí: las he visto).@sninobecerraSantiago Niño-Becerra. Catedrático de Estructura Económica. IQS School of Management. Universidad Ramon Llull.
Bien, la cosa es muy simple. En la localidad italiana de Pouilles, provincia de Tarento, existe una empresa siderúrgica cuyo razón social es Ilva. Ocupa a 2.000 personas de forma directa y produce el 32% del acero que Italia produce, el problema radica en que en la zona la tasa de personas enfermas de cáncer supera en el 15% la tasa nacional, porcentaje que se eleva hasta el 30% en el caso del cáncer de pulmón; por ello ha sido decretado que esa empresa debe cerrar. El Primer Ministro italiano se ha intersado personalmente por el caso y a la zona ha enviado a uno de sus ministros a fin de que estudie la situación: mientras que la tasa desempleo italiana es del 10% en la localidad supera el 30% y el impacto del cierre de la empresa será demoledor. Bien, ¿debe interrumpir su producción esa empresa o debe continuar produciendo?.[/i]
La falacia lógica del falso dilema involucra una situación en la que se afirma que dos puntos de vista son las únicas opciones posibles, cuando en realidad existen una o más opciones alternativas que no han sido consideradas. Las dos alternativas son con frecuencia, aunque no siempre, los puntos de vista más extremos dentro de un espectro de posibilidades. En vez de tales simplificaciones extremistas suele ser más apropiado considerar el rango completo, como en la lógica difusa. El "falso dilema" también es conocido como dilema falsificado, falacia del tercero excluido, falsa dicotomía, falsa oposición, falsa dualidad, falso correlativo o bifurcaciónLa falacia del falso dilema es una de las formas de uso incorrecto del operador lógico «o». Para otros usos incorrectos de este mismo operador, vea la falacia de la elección falsa.Un falso dilema no tiene por qué estar necesariamente limitado a dos alternativas, pudiendo involucrar tres o más, pero en todo caso se caracteriza por omitir alternativas razonables sin argumentar esa exclusión, sea ésta deliberada o accidental.Ejemplos«Paco no ha llegado a trabajar. O ha tenido un accidente en el coche o se ha quedado dormido. Llamamos a su casa y averiguamos que salió a tiempo, luego ha tenido un accidente.» Este argumento es un falso dilema, ya que hay multitud de otras razones por las que Paco puede llegar tarde: desde haber renunciado sin notificarlo hasta haber sido detenido por una infracción de tráfico. Si pudiéramos probar que no existen esas (y todas las demás) alternativas, el argumento sería correcto. Mientras tanto, es falaz.Los falsos dilemas son muy comunes en política. Con frecuencia se ocultan en preguntas retóricas, y entonces se vuelven similares a la falacia de la pregunta compleja, como en estos ejemplos: «¿Reelegirá usted al partido en el gobierno, o le dará alas al terrorismo?» «¿Está usted con nosotros, o con las fuerzas del mal?»O pueden formularse como sentencias de hecho: «Mi oponente votó contra el incremento del presupuesto para educación pública. Debe pensar que educar a nuestros hijos no es importante.» «Nadie gana a menos que todo el mundo gane.» «Estás con nosotros o estás contra nosotros.» «En nuestra búsqueda de progreso económico y político todos subiremos, o bien todos bajaremos.» «La bandas violentas se han adueñado de las calles, así que debemos incrementar la presencia policial o dejar que huyan.»