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Gracias por el feedback de todos ustedes Últimamente nos hemos centrado mucho en el oro, y puede dar la falsa sensación de que para mi es "el tema". En realidad no lo es, pero se está alargando porque, como ven, tiene "más tela de la que parece", aunque en realidad una vez comprendido y su verdadera importancia (Triffin-Rueff), podemos pasar a las siguientes fases, si me quieren acompañar.Aquí es donde entra comprender cómo quedan afectadas las siguientes capas del problema, y hay que pasar al tema de Fekete [me duele no haber podido responder bien a Sudden&Sharp que lo ha sacado varias veces, es que sigo leyendo a Fekete y al final siempre me paso a Fofoa porque es más ameno para mi] y los siguientes: tipos de interés, deuda pública y privada, masas monetarias con shadow banking incluido, Minsky-Keen [aquí estaría encantado si Py, Wanderer y cualquier otro de ustedes con bagaje matemático nos quiere echar una mano ]; y cómo interactúa esto con la economía real -> Milanovic, Keen-Minsy de nuevo, Business Cycle.Como ven, aportar no aporto nada ya que solo reboto información y remito a fuentes; lo que sí me interesa - y no he visto en ningún sitio - es cómo conjugar tantos aspectos si es que guardan coherencia o no entre si y hasta qué punto. Ello requiere un análisis des-prejuiciado y des-interesado. Por desgracia, como lo normal es que todo el mundo venda algún crecepelo, nadie que ya sepa quiere hacerlo públicamente. Cita de: sudden and sharp en Marzo 06, 2015, 22:34:00 pmEl que dice como hacerse rico, no suele serlo. El que lo es, no suele decirlo.Aunque no nos hagamos ricos, a mi me gustaría saber qué posibles escenarios hay - y quizás eso ayude a "protegerse" de alguna forma. Gracias por ayudarme en el camino, que servidor no es más que un lector curioso Salud,
El que dice como hacerse rico, no suele serlo. El que lo es, no suele decirlo.
Las máscaras son "divertidas"... ya veremos el "baile", del efecto Fisher.
NUEVA YORK – En julio pasado, cuando el juez federal de Estados Unidos Thomas Griesa dictaminó que Argentina tenía que pagar el total, sin ningún descuento, a los llamados fondos buitres, que habían comprado su deuda soberana a precios extremadamente bajos, el país se vio obligado a suspender sus pagos, es decir a entrar en una “moratoria a la Griesa”. La decisión tuvo repercusiones a lo largo y ancho, afectando a los bonos emitidos en distintas jurisdicciones, lo que sugiere que los tribunales estadounidenses tuviesen dominio sobre contratos celebrados en otros países.Desde aquel momento, abogados y economistas han tratado de desentrañar las desconcertantes implicaciones de la decisión de Griesa. ¿Se extiende realmente la autoridad de los tribunales de Estados Unidos más allá de las fronteras estadounidenses?Ahora, un tribunal del Reino Unido por fin ha arrojado algo de luz sobre este problema, dicho tribunal dictaminó que los pagos de intereses que debe realizar la Argentina sobre los bonos emitidos de conformidad con la legislación del Reino Unido se encuentran bajo la autoridad de la legislación británica, y no bajo la autoridad de las resoluciones judiciales estadounidenses. La decisión – un bienvenido descanso de una serie de decisiones de jueces estadounidenses que no parecen entender las complejidades de los mercados financieros mundiales – transmite algunos mensajes importantes.En primer lugar, el hecho de que las negociaciones de la deuda argentina fueron tramitadas bajo la supremacía de un tribunal estadounidense – que luego fue contradicha por un tribunal británico – es un claro recordatorio de que las soluciones a las crisis de la deuda soberana que se fundamentan en el mercado tienen una alta probabilidad de causar caos. Antes de que sobrevenga la moratoria a la Griesa, con frecuencia se asumía erróneamente que las soluciones a los problemas de repago de las deudas soberanas podrían alcanzarse a través de negociaciones descentralizadas, sin tener un marco legal sólido. Incluso después de la mencionada moratoria, la comunidad financiera y el Fondo Monetario Internacional esperaban establecer un poco de orden en los mercados de bonos soberanos simplemente al hacer ajustes en los contratos de deuda, en particular en los términos de las llamadas cláusulas de acción colectiva (que hacen que una propuesta de reestructuración aprobada por un súper mayoría sea vinculante para todos los acreedores).Sin embargo, modificaciones simples como ser enmiendas contractuales no lograrán que se superen las deficiencias del sistema. Debido a que existen múltiples deudas en distintas jurisdicciones, mismas que están sujetas a un raudal de leyes, que en ocasiones son contradictorias entre sí, tener una fórmula básica para la adición de los votos de los acreedores – que es el abordaje promovido por los partidarios de un enfoque basado en el mercado – haría poco por resolver problemas de negociación complicados. Dicha fórmula básica tampoco establecería los tipos de cambio a utilizarse para valorar la deuda emitida en distintas monedas. Si se dejan estos problemas para que sean los mercados los que los aborden, será el poder de negociación puro, y no los criterios de eficiencia o equidad, el que determinará las soluciones.Las consecuencias de estas deficiencias no son meros inconvenientes. Los retrasos en la conclusión de las reestructuraciones de las deudas pueden hacer que las recesiones económicas sean más profundas y persistentes, tal como el caso de Grecia ilustra.Esto nos lleva a la segunda lección de la sentencia británica. Ya que lo que está en juego es de tan alto valor y el sistema es tan deficiente, los mercados de deuda tienen pocas razones para permanecer en EE.UU. Este país siempre se ha enorgullecido de la fortaleza de su “estado de derecho”, una ventaja que ha hecho que Wall Street sea la sede del mercado de deuda soberana más grande del mundo. Pero la sentencia dictada por Griesa, que se fundamenta en una interpretación peculiar – y en nuestra opinión, insostenible – de ciertos términos en el contrato de Argentina, mostró que los intereses comerciales estadounidenses pueden dominar las decisiones de sus tribunales.El alardeado estado de derecho estadounidense ya no luce tan robusto. Contra toda lógica, protege a los fuertes en contra de los débiles. La moratoria a la Griesa es sólo la última de muchas decisiones y cambios legales que han revelado lo que uno podría denominar como un síntoma de “la corrupción al estilo estadounidense”, en la que el cabildeo y las contribuciones a las campañas electorales comprometen a todo el sistema, incluso cuando ningún funcionario de manera individual acepta algún tipo de soborno. Estados Unidos actuaría de manera prudente si reaccionara antes de que el mercado de deuda soberana migre de Nueva York.China debe estar preparada para hacerse cargo y relevar a EE.UU. Los ahorros de China superan con creces los de EE.UU., y China se esfuerzan por convertir a Shanghai en un centro financiero mundial. Esa ambición se ha vuelto más asequible si se consideran los daños causados a la credibilidad del sistema estadounidense a raíz de la crisis financiera del año 2008. No obstante, si Shanghai va a surgir como líder en los mercados de la deuda soberana, China debe estar consciente de las deficiencias de los marcos legales en otros lugares, y debe diseñar una alternativa más eficiente y equitativa.El mensaje final y principal de la decisión del tribunal británico es uno que todos los países deberían tener en cuenta. Hay una necesidad urgente de renovar los esfuerzos de las Naciones Unidas dirigidos a crear un marco legal multinacional para la reestructuración de la deuda soberana. A pesar de que Estados Unidos está tratando de socavar dichos esfuerzos, la sentencia británica nos recuerda que los jueces de Estados Unidos no son los jueces del mundo.Puede que esta última revelación no cause felicidad en Wall Street; sin embargo, para los muchos países alrededor de todo el mundo que dependen de la deuda soberana, es en verdad una muy buena noticia.
Draghi garantiza financiación a coste de derribo para los Gobiernos a décadas vista.Puede que el nuevo programa de compra masiva de deuda del Banco Central Europeo (BCE) cumpla su cometido al pie de la letra y muera el 30 de septiembre de 2016 o puede que la inflación todavía no esté en ese momento donde Mario Draghi quiere que se sitúe (ese machacón «por debajo, pero cerca, del 2% a medio plazo» que repite cada vez que alguien lo escucha) y que haya una segunda vuelta del conocido como QE (las siglas en inglés de la expansión cuantitativa que ha popularizado la Reserva Federal estadounidense). Pero dure los meses que dure, sus efectos en algunos frentes se perpetuarán durante décadas...http://www.expansion.com/2015/03/06/mercados/1425676409.html
La prueba la tienes en que no existe NINGUNA ley que proscriba el oro como moneda. Sin embargo NADIE (ningún área economica) la utiliza. Normal. Estarías compitiendo en desigualdad. Como un arado de madera contra un tractor.
Article IV, section 2, paragraph (b): Under an international monetary system of the kind prevailing on January 1, 1976, exchange arrangements may include (i) the maintenance by a member of a value for its currency in terms of the special drawing right or another denominator, other than gold, selected by the member, or (ii) cooperative arrangements by which members maintain the value of their currencies in relation to the value of the currency or currencies of other members, or (iii) other exchange arrangements of a member’s choice.
Lo que quieres decir es que el oro es el único dinero que no necesita la confianza de nadie, se autorespalda porque lleva tanto trabajo extraerlo y refinarlo como el trabajo (valor) que "se debe".
Mi contestación: Porque sí que sirve para algo. Es el elemento que mejor cubre una necesidad esencial: El dinero (testigo de deuda) sin confianza en el deudor. El dinero "base". ¡¡Nada menos!!
Edit: Otro pilar de mi castillo es ese que acabo de poner. El dinero es deuda.
El oro no tiene valor. Sólo tiene precio.