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Cita de: kapi59ttp en Noviembre 17, 2020, 13:03:38 pmestá pasando...nuestro querido vocero y gran augur, Gonzalo Bernardos, abre la veda oficialmente en el periódico del PNV, ni más ni menos que en una de las cunas de la pisitofilia.Lo cierto es que el artículo completo es digno de ser enmarcado, así que... eso he hecho:Saludos.P.D. ¿De verdad puede dormir este hombre por las noches sabiendo que sus "consejos" van a suponer la ruina de mucha gente?
está pasando...nuestro querido vocero y gran augur, Gonzalo Bernardos, abre la veda oficialmente en el periódico del PNV, ni más ni menos que en una de las cunas de la pisitofilia.
[...] Creo que el progreso de China no viene de su modelo intrínseco. La gran mejora viene de la adopción de sistemas capitalistas unido con una obsesión insana de occidente por externalizar producción para aumentar beneficios, o lo que es lo mismo, buscar la mano de obra más barata posible.
Cita de: Mad Men en Noviembre 18, 2020, 09:22:49 am[...] Creo que el progreso de China no viene de su modelo intrínseco. La gran mejora viene de la adopción de sistemas capitalistas unido con una obsesión insana de occidente por externalizar producción para aumentar beneficios, o lo que es lo mismo, buscar la mano de obra más barata posible.No te digo que no... pero, creo, que tiene que haber algo más. A mi modo de ver, China y asia en general, Japón corea del sur, etc. fabrican para "exportar", con el matiz de que subvencionan sus productos fuera; esto es, fuera venden muy barato para entrar y copar esos mercados (los occidentales) mientras hacen lo contrario dentro. Sus ciudadanos-esclavos "financian" las aperturas de mercados abroad... y así "parecen" muy competitivos, cuando lo que son es "esclavistas".En otras palabras, no son "democracias" en el sentido que no promueven el bienestar de sus ciudadanos, --salarios de subsistencia--, y por tanto: NO juegan limpio, no compiten en igualdad de condiciones. (Digamos que están en "guerra comercial" con occidente, al más puro estilo orwelliano de 1984.)Y luego o llaman "milagro asiatico".
[...] Pregunte a cualquier Chino cómo vivían sus abuelos y cómo viven ahora ellos. Quizá se sorprenda de lo que promueven el bienestar.
Mis queridos amigos:Muchos de ustedes me han preguntado mi opinión sobre lo que ha venido sucediendo en Estados Unidos desde el 3 de noviembre en el marco de la elección presidencial. En mi doble condición de experto en inteligencia y especialista del tema Estados Unidos me han hecho numerosas preguntas que resumiré en 2 grandes grupos: 1- ¿Hubo fraude electoral? ¿Es creíble la hipótesis de un golpe de Estado tendiente a invertir el resultado de la elección? 2- Si Biden fuese finalmente electo el 8 de diciembre y entronizado el 20 de enero de 2021, ¿qué consecuencias tendría su llegada al poder?Me esforzaré por responder claramente estas preguntas en las siguientes líneas. *¿Tiene el autor algún conflicto de intereses?Es importante que cada uno de ustedes sepa, antes de iniciar la lectura de esta carta, si su autor tiene algún conflicto de intereses que pudiese orientar sus palabras sobre el tema que aborda. Mi respuesta es que no. Es cierto que viví en Estados Unidos, en Kansas, bajo administración demócrata (Clinton) entre 1995 y 1998, época de la que guardo un excelente recuerdo. Estuve en Estados Unidos en múltiples ocasiones, antes y después de aquel episodio profesional, visitando a mi numerosa familia cercana –tres de mis hermanas y 48 de sus descendientes directos, todos ciudadanos estadounidenses y residentes en diferentes Estados, gobernados unos por los demócratas y otros por los republicanos. He visitado 46 de los 50 Estados de la Unión. En el verano de 1998 recibí la Meritorius Service Medal de Estados Unidos, en aquel momento bajo administración demócrata. No soy miembro de ninguno de los principales partidos políticos franceses (Les Republicains, Partido Socialista, Rassemblement National, La France Insoumise, LREM-Modem, Europe-Ecologie-Les Verts). Aunque me expreso a veces con vehemente severidad sobre las «modos de gobierno» estadounidenses, esa severidad no está nunca dirigida al pueblo estadounidense que, como muchos otros pueblos, es más bien generoso y sincero, pero es también ingenuo y está manipulado. Hoy abrigo grandes reservas, incluso hostilidad, hacia la OTAN, por haber comprobado sus derivas desde 1990, en el marco de mis funciones [1]Mi experiencia en materia de inteligencia me ha llevado a dar cada vez menos credibilidad a la enorme mayoría de las agencias de prensa y medios mainstream, en particular a los de Occidente [2]. No siento aprecio por la acción y/o «la influencia poderosa y nociva de los grupos de presión» transnacionales sobre el funcionamiento del mundo, independientemente de que sean grupos de presión financieros, mediáticos, comunitarios o de cualquier otra naturaleza. Después de haber dejado claro todo esto, como autor, pasemos al tema que nos interesa. Contexto pre-electoral de la elección presidencial estadounidenseDesde el fracaso de Hillary Clinton en la elección presidencial de 2016, Estados Unidos se ha dividido profundamente en 2 bandos irreconciliables que se detestan y se han enfrascado en una lucha “a muerte”. Al contrario de lo que la gente cree en Francia o en Europa, esos dos bandos no son los bandos republicano y demócrata, que sólo son las partes visibles del iceberg. Los dos bandos a los que yo me refiero tienen dos concepciones opuestas del mundo: son los «soberanistas» y los «globalistas». Los representantes de los «globalistas» los hallamos mayoritariamente entre los demócratas, pero también podemos encontrarlos, aunque en menor proporción, entre los republicanos. El 24 de septiembre de 2019, desde la tribuna de la Asamblea General de la ONU, Donald Trump claramente escogió su bando, expresó su visión del mundo y declaró la guerra a los globalistas al declarar:«Como mi bien amado país, todas las naciones representadas en este recinto tienen una historia, una cultura y un legado que aprecian y que merecen ser defendidos y celebrados, y que nos dan una fuerza y un potencial particular. El mundo libre debe abarcar sus cimientos “nacionales”. No debe tratar de renunciar a ellos y reemplazarlos…» [3]Segundos después, Donald Trump agregaba:«Si quieren ustedes la libertad, estén orgullosos de su país. Si quieren democracia, aférrense a su soberanía. Si quieren paz, amen su nación. Los jefes de Estado perspicaces siempre ponen el interés de su propio país en primer lugar. El porvenir no pertenece a los globalistas. El porvenir pertenece a los patriotas. El porvenir pertenece a las naciones independientes y soberanas que protegen a sus ciudadanos, que respetan a sus vecinos y que aceptan las diferencias que hacen a cada país especial y único.»Es comprensible para todos que ese discurso pueda suscitar la adhesión de un vasto sector de la población estadounidense, como lo demuestran los más de 73 millones de votos por Trump contabilizados en noviembre de 2020 –o sea, 10 millones más que en 2016, cuando obtuvo menos de 63 millones de sufragios. Para todos los que creían que Trump estaba perdiendo apoyo, ese 15% de aumento es una inmensa sorpresa… como en 2016. Es evidente que el bando de los globalistas no puede aceptar ese «discurso-programa». Así que hará todo lo que pueda por cerrarle al presidente saliente el camino a la reelección. Mayoritario en el «Estado Profundo estadounidense» (Deep State), disponiendo del control de la finanza y de los GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazone, Microsoft y Twitter), disponiendo también del control de la cuasi totalidad de los medios mainstream y de las agencias de prensa anglosajonas y europeas, el bando de los globalistas va a coordinar la acción de sus “brazos armados” para sacar a Donald Trump de la presidencia de Estados Unidos. El presidente Trump, por su parte, no es estúpido ni está solo. Dispone de un fortísimo apoyo popular, de una mayoría en el Senado, en la Corte Suprema y 27 de los 50 gobernadores de los Estados de la Unión son republicanos. En la Cámara de Representantes, acaba de reducir en 12 escaños (por ahora…) la ventaja que tenían los demócratas sobre los republicanos. Ha instalado una administración federal que le es mayoritariamente fiel (no totalmente…), ha cambiado a una mayoría de los jueces federales, resistió exitosamente a 2 intentos del Estado Profundo y de los demócratas de destituirlo (el Rusiagate fabricado desde 2016, que acabó desinflándose… porque era falso y los investigadores, los jueces y la opinión pública estadounidense acabaron dándose cuenta, y el intento de destitución iniciado en la Cámara de Representantes, que se fue a pique cuando llegó al Senado).Por cierto, Trump mostró lucidez cuando dijo, en su último discurso electoral, el 2 de noviembre de 2020, en Carolina del Norte: «Si algo he hecho durante mi mandato ha sido poner en evidencia la deshonestidad de los medios.» [4] Los medios mainstream estadounidenses siempre han suscitado y respaldado las acciones antiTrump. Es en este contexto de tensiones extremas y después de una campaña electoral durante en la que se han visto todos los golpes bajos posibles –de ambas partes– que se produce la elección del 3 de noviembre de 2020. ¿Han sido honestos los medios y los institutos de sondeos o han tratado de manipular a la opinión?Los medios mainstream estadounidenses –por cierto, al igual que los medios europeos– no brillan precisamente por su honestidad, pluralismo e imparcialidad. Bajo el control de un puñado de multimillonarios, esos medios defienden las causas e intereses de sus «patrones», miembros activos o simples colaboradores del Estado Profundo. Todo se vale, hasta las mentiras más descaradas. Se pone de relieve todo lo que perjudique al adversario (Trump) y se oculta todo lo que pudiera perjudicar al bando al que se quiere beneficiar (Biden). Los periodistas hacen carrera sólo si se someten o/y se autocensuran. Hoy estamos en una situación de «guerra informativa» electoral [5]. Los simples mortales encuentran muchas dificultades para informarse correctamente [6].Hace 4 años que esos medios estadounidenses, perfectamente secundados por los medios “hermanos” europeos vienen dedicándose, las 24 horas del día, a denigrar la imagen del presidente Trump ante la opinión pública estadounidense, occidental y mundial. Durante los meses anteriores a la elección se apoyaron en sondeos ampliamente sesgados para hacerle creer al pueblo estadounidense y al mundo –como en 2016– que la elección estaba “decidida” y que una gran ola demócrata iba a sumergir el país. Por citar sólo el ejemplo de la Florida, 4 días antes de la elección una amplia mayoría de los sondeos daba a Biden ganador con entre 1 y 5 puntos… pero el ganador fue Trump por 3,4 puntos. Las diferencias comprobadas entre esos últimos sondeos y el resultado del escrutinio son tales que no puede hablarse del margen de error sino de mentira y manipulación, interesada y… descarada. Esos sondeos y artículos engañosos se repitieron en la casi totalidad de los Estados de la Unión. Los resultados de Trump y del Partido Republicano, el día de la elección, revelaron la envergadura de esas mentiras-manipulaciones mediáticas y de los falsos sondeos preelectorales. ¿Es creíble la hipótesis de un fraude importante en varios Estados claves el día del escrutinio?Mi íntima convicción me dice que sí ya que existen, en mi opinión, demasiados índices concordantes tendientes a que la jauría “mediática” occidental –de la que ya sabemos quién la controla– pueda convencerme de lo contrario. Los presidentes de China y Rusia no se equivocan en esperar a que se proclamen resultados oficiales, lo cual no sucederá hasta el 8 de diciembre, antes de felicitar al vencedor, cuando realmente se sepa quién es [7].Estos son los indicios que me hacen dudar de la honestidad del escrutinio. 1 – La curiosa precipitación, por demás sospechosa, de la jauría mediática estadounidense, seguida de inmediato por su “hermana” de la Unión Europea –que también sabemos quién la controla– en querer imponer un vencedor cuando todavía no se conocen los resultados oficiales de 5 o 6 Estados. Todos sabemos que esos medios estadounidenses son «partidistas» y que son los más feroces adversarios de Trump. Conocemos su método consistente en criticar, cuestionar, modificar, no reconocer, poner en tela de juicio todos los resultados electorales que no les convienen en todo el planeta (como las elecciones presidenciales de Siria, en 2014; de Venezuela, en 2018; de Bolivia, en 2019, y de Bielorrusia, en 2020, por citar sólo 4). También conocemos su propensión a querer promover, más bien imponer, el candidato que les conviene, sin importar que ese candidato sólo cuente con un apoyo muy minoritario (como en los casos de Francia, en 2017; de Bolivia, en 2019; de Bielorrusia, en 2020. También es el caso de Navalni, quien no representa estrictamente nada en Rusia, y sin embargo nuestros medios nos lo “venden” como el contrincante número 1 de Putin). 2 – Las muy desacostumbradas acciones de Google, Facebook, YouTube y Twitter censurando, de manera concertada y simultánea, nada más y nada menos que al presidente de Estados Unidos. Esta colusión evidente de esas grandes empresas de servicios, de las que también sabemos quién las controla, simplemente no es “natural” ni democrática… 3 – Por primera vez en la historia de Estados Unidos, el voto por correspondencia se utilizó masivamente ya que más de un 42% de los electores que votaron lo hicieron por correspondencia (más de 64 millones), a pesar de ser mundialmente reconocido que ese tipo de voto favorece el fraude electoral.El voto por correspondencia incluso se eliminó en Francia en 1975 porque se juzgó propicio al fraude electoral [8].Dicho sea de paso, es extraño que algunos diputados de la mayoría LREM [9] estén tratando ahora de restablecer en Francia el voto por correspondencia, aprovechando la oportunidad que ofrece la epidemia de Covid-19 [10].¿Será que esos diputados tienen intenciones de ampliar las posibilidades de fraude en Francia para alcanzar la reelección en las próximas elecciones locales?Afirmar que no hubo el menor fraude electoral en Estados Unidos, con 64 millones de votos por correspondencia, simplemente no es creíble. Sin asumir por mi cuenta todo el conjunto de denuncias de fraudes emitidas por los republicanos, y enumeradas en un artículo reproducido en Profession Gendarme [11], voy a retener, sin embargo, un solo ejemplo –reconocido por los dos partidos, tanto el demócrata como el republicano– que no es por lo tanto cuestionable ni cuestionado. Según confesó ella misma al New York Times, Abigail Bowen, la secretaria electoral del condado de Shiawassee (Estado de Michigan), agregó, por error según ella, un cero de más en el conteo de los votos de Biden. En vez de inscribir 15 371 votos a favor del demócrata, su equipo agregó 150 371 sufragios. Dado el hecho que en los teclados de computadora la tecla del 0 no está cerca de la tecla del 5, es extraño decir que fue un error involuntario. La secretaria agrega que el error le fue notificado 20 minutos después y que lo corrigió enseguida. (Felizmente alguien se dio cuenta de este error, al parecer involuntario…)Está muy bien que ese error haya sido rectificado… pero eso plantea, de todas maneras, varias interrogantes: ¿Cuántos “errores” de 0 similares a este se cometieron, voluntariamente o no? ¿Cuántos “errores” de ese tipo fueron detectados, notificados y corregidos? ¿Cuántos de esos “errores” fueron validados en el conteo final? ¿Tiene entonces o no razones justificadas un candidato, sea demócrata o republicano, para solicitar que vuelvan a contarse los votos cuando el resultado se sitúa en un margen del 1% en uno de los Estados de la Unión? ¿No es eso lo que se hace en todas las democracias dignas de ese nombre? ¿Acaso es competencia de los medios proclamar un ganador sin disponer de resultados avalados? Lo que yo observo es que en 5 Estados calificados de swing states [12] los resultados están en ese margen del 1%: se trata de los Estados de Arizona, Georgia, Wisconsin, Pensilvania y Nevada [13]. En esos 5 Estados, Trump encabezaba la votación, pero Biden supuestamente acabó aventajándolo en todos por unos miles de votos gracias a la llegada oportuna, milagrosa, masiva y repentina de votos por correspondencia que le resultaron muy, muy, muy favorables. A estas alturas ya ustedes habrán comprendido que, en mi opinión, el voto por correspondencia es la puerta abierta al fraude. Cuando ese voto por correspondencia es masivo, el fraude puede hacerse importante y ser ampliamente suficiente para invertir un resultado en el margen del 1%. Es infinitamente poco probable que no haya habido fraudes. No especularé aquí sobre a quién pudieran haber favorecido esos fraudes y estoy seguro de que nunca llegarán a obtenerse todas las pruebas. Digo solamente que los “ingenuos” medios mainstream estadounidenses y europeos, que tanto quisieran negar a Trump el derecho a que vuelvan a contarse los votos, a que se abran investigaciones y a que se realicen verificaciones, esos mismos medios que –tratándose de otros países– tanto se preocupan por los conteos de votos y que tan fácilmente denuncian un «fraude electoral», no se engrandecen con todo esto. Sabíamos que Francia y sus periodistas que se mofan del presunto perdedor –porque se llama Trump– transmitían la imagen de una “mediocracia”. Pero, ¿también deben convertirse en una mediacracia que trata de imponernos presidentes y todo lo que debemos pensar, sobre todos los temas? Abordemos ahora el segundo tema de mi carta. Si el “globalista” Biden fuese electo el 8 de diciembre y entronizado el 20 de enero de 2021, ¿qué evolución podemos esperar para el planeta los europeos y los franceses?Biden es un anciano, de quien todos saben que ya no goza de todas sus facultades mentales –el próximo 20 de enero habrá cumplido 79 años. Debido a ello, si Biden resulta electo, se hallará bajo la influencia de otras personas y tomaría sus decisiones únicamente siguiendo consejos y bajo el «estrecho control» de su entorno cercano, emanación del «Deep State» o Estado Profundo y conformado con «globalistas» acérrimos. Es además ese entorno lo que habrá ayudado a Biden a ganar, así que sería ese entorno quien gobernaría, de hecho, Estados Unidos. Dado su obediencia «neoconservadora», ese entorno de Biden es resueltamente proisraelí y favorable a que se mantenga sobre el planeta una hegemonía absoluta de Estados Unidos. El profundo estudio de ese entorno (biografías, influencias a las que se somete, redes y comunidades de las que forma parte) resultaría muy revelador pero, por desgracia, nada sorprendente. En Francia tenemos los mismos. Habría que prepararse, por ende, con vista a un recrudecimiento de la injerencia agresiva de Estados Unidos tanto en el Medio Oriente (Líbano, Siria, Irak, Irán), por supuesto, a favor de Israel. Pero también en las fronteras de Rusia, en el Mar de China y en Sudamérica. El nuevo equipo de gobierno, brazo armado del «Deep State», creará los pretextos –aunque no existan– e instrumentalizará la nebulosa terrorista, como siempre lo ha hecho Washington en el pasado, para justificar sus actos de injerencia. Trump logró reducir gradual y considerablemente los bombardeos estadounidenses en el planeta (Estados Unidos utilizó 47 000 bombas en 2017, 16 000 en 2018, 12 000 en 2019 y 928 en enero y febrero de 2020, según los últimos datos conocidos) [14]. Trajo de regreso a Estados Unidos gran cantidad de soldados que estaban desplegados fuera del país, principalmente del Medio Oriente. Bajo el primer mandato de Trump, la coalición occidental mató mucho menos gente que bajo los 2 mandatos de su predecesor [el demócrata Barack Obama]. Si un equipo globalista se apodera de la Casa Blanca, esa tendencia podría invertirse a partir de la primavera de 2021… y la sangre correría otra vez. La OTAN sigue sin entender que debería –incluso en su propio interés– poner fin a tales derivas. La mala noticia es que una administración Biden también trataría de implicar a la OTAN, al Reino Unido, a Francia y a la Unión Europea en todos los trabajos sucios que sus estrategas neoconservadores sean capaces de urdir [15]. La mala noticia para Francia es que su dependencia económica (su deuda y el CAC40) y el creciente servilismo hacia Estados Unidos de las élites francesas, formadas precisamente para que sean serviles, le impedirán rechazar todas las invitaciones de Estados Unidos a ser parte de coaliciones creadas en defensa de causas dudosas. La buena noticia es el hecho que, a ambos lados del Atlántico, los pueblos están empezando a abrir los ojos. Sea o no del agrado de nuestros medios de difusión, de nuestros políticos y de nuestra opinión pública manipulada, el «soberanista» Trump incrementó en un 15% el total de votos que obtuvo en 2016. Sus partidarios controlan la Corte Suprema, el Senado, una mayoría de Estados y se acercan a la paridad en cuanto al número de escaños que controlan en la Cámara de Representantes. Sus partidarios también controlan las zonas rurales estadounidenses. Los demócratas sólo controlan realmente las grandes ciudades. GIF - 51.1 KBEn azul, los condados demócratas, en rojo los condados republicanos. Fuente : New York Post En esas condiciones, no será fácil gobernar Estados Unidos y hacer cualquier cosa, sobre todo teniendo en cuenta que la economía estadounidense está en baja y que la deuda es abismal. Tampoco será fácil gobernar una Unión Europea cuya parte occidental está en bancarrota, con poblaciones a punto de rebelarse, con PIBs en retroceso y presupuestos militares que se verán, quiérase o no, inevitablemente afectados. En tales condiciones, lo sabio sería dedicarse a resolver sus propios problemas en vez de ir a hacer el papel de sheriff en otras partes del mundo. Lo inteligente sería también no inmiscuirse en los asuntos de Estados soberanos bajo el falso pretexto de luchar contra un terrorismo que nosotros mismos contribuimos ampliamente a crear y a mantener mediante nuestra política exterior calamitosa (hacia países como Libia, Siria, Irak, Yemen, Irán, Rusia, Bielorrusia, Venezuela, Brasil y Bolivia, entre otros) y con posicionamientos oficiales irresponsables insultantes para decenas de países (como en el asunto de las caricaturas) [16]. Tarde o temprano, una coalición occidental orquestada por globalistas agresivos acabará por romperse los dientes en algún lugar, se asombrará de lo que le ha sucedido, tendrá que bajarse de su pedestal y ser menos arrogante. Se multiplicarán entonces las marchas, las ceremonias fúnebres, las manifestaciones ruidosas y ostentosas contra un enemigo que nosotros mismos habremos provocado y los pueblos tendrán que contar sus muertos y llorarlos. Basta con ver la “brillante” campaña que han dirigido los gobiernos de los países miembros de tales coaliciones en la llamada «guerra contra el coronavirus» para intuir que tampoco ganaremos la próxima… Général Dominique Delawarde
Les dejo esta carta de un general de inteligencia francés. No tengo referencias de este hombre, pero lo publica la redvoltaire, por enmarcar el tema. Interesante. Si alguien puede dar norte de este sujeto, se agradecería.CitarMis queridos amigos:Muchos de ustedes me han preguntado mi opinión sobre lo que ha venido sucediendo en Estados Unidos desde el 3 de noviembre en el marco de la elección presidencial. En mi doble condición de experto en inteligencia y especialista del tema Estados Unidos me han hecho numerosas preguntas que resumiré en 2 grandes grupos: 1- ¿Hubo fraude electoral? ¿Es creíble la hipótesis de un golpe de Estado tendiente a invertir el resultado de la elección? 2- Si Biden fuese finalmente electo el 8 de diciembre y entronizado el 20 de enero de 2021, ¿qué consecuencias tendría su llegada al poder?Me esforzaré por responder claramente estas preguntas en las siguientes líneas. *¿Tiene el autor algún conflicto de intereses?Es importante que cada uno de ustedes sepa, antes de iniciar la lectura de esta carta, si su autor tiene algún conflicto de intereses que pudiese orientar sus palabras sobre el tema que aborda. Mi respuesta es que no. Es cierto que viví en Estados Unidos, en Kansas, bajo administración demócrata (Clinton) entre 1995 y 1998, época de la que guardo un excelente recuerdo. Estuve en Estados Unidos en múltiples ocasiones, antes y después de aquel episodio profesional, visitando a mi numerosa familia cercana –tres de mis hermanas y 48 de sus descendientes directos, todos ciudadanos estadounidenses y residentes en diferentes Estados, gobernados unos por los demócratas y otros por los republicanos. He visitado 46 de los 50 Estados de la Unión. En el verano de 1998 recibí la Meritorius Service Medal de Estados Unidos, en aquel momento bajo administración demócrata. No soy miembro de ninguno de los principales partidos políticos franceses (Les Republicains, Partido Socialista, Rassemblement National, La France Insoumise, LREM-Modem, Europe-Ecologie-Les Verts). Aunque me expreso a veces con vehemente severidad sobre las «modos de gobierno» estadounidenses, esa severidad no está nunca dirigida al pueblo estadounidense que, como muchos otros pueblos, es más bien generoso y sincero, pero es también ingenuo y está manipulado. Hoy abrigo grandes reservas, incluso hostilidad, hacia la OTAN, por haber comprobado sus derivas desde 1990, en el marco de mis funciones [1]Mi experiencia en materia de inteligencia me ha llevado a dar cada vez menos credibilidad a la enorme mayoría de las agencias de prensa y medios mainstream, en particular a los de Occidente [2]. No siento aprecio por la acción y/o «la influencia poderosa y nociva de los grupos de presión» transnacionales sobre el funcionamiento del mundo, independientemente de que sean grupos de presión financieros, mediáticos, comunitarios o de cualquier otra naturaleza. Después de haber dejado claro todo esto, como autor, pasemos al tema que nos interesa. Contexto pre-electoral de la elección presidencial estadounidenseDesde el fracaso de Hillary Clinton en la elección presidencial de 2016, Estados Unidos se ha dividido profundamente en 2 bandos irreconciliables que se detestan y se han enfrascado en una lucha “a muerte”. Al contrario de lo que la gente cree en Francia o en Europa, esos dos bandos no son los bandos republicano y demócrata, que sólo son las partes visibles del iceberg. Los dos bandos a los que yo me refiero tienen dos concepciones opuestas del mundo: son los «soberanistas» y los «globalistas». Los representantes de los «globalistas» los hallamos mayoritariamente entre los demócratas, pero también podemos encontrarlos, aunque en menor proporción, entre los republicanos. El 24 de septiembre de 2019, desde la tribuna de la Asamblea General de la ONU, Donald Trump claramente escogió su bando, expresó su visión del mundo y declaró la guerra a los globalistas al declarar:«Como mi bien amado país, todas las naciones representadas en este recinto tienen una historia, una cultura y un legado que aprecian y que merecen ser defendidos y celebrados, y que nos dan una fuerza y un potencial particular. El mundo libre debe abarcar sus cimientos “nacionales”. No debe tratar de renunciar a ellos y reemplazarlos…» [3]Segundos después, Donald Trump agregaba:«Si quieren ustedes la libertad, estén orgullosos de su país. Si quieren democracia, aférrense a su soberanía. Si quieren paz, amen su nación. Los jefes de Estado perspicaces siempre ponen el interés de su propio país en primer lugar. El porvenir no pertenece a los globalistas. El porvenir pertenece a los patriotas. El porvenir pertenece a las naciones independientes y soberanas que protegen a sus ciudadanos, que respetan a sus vecinos y que aceptan las diferencias que hacen a cada país especial y único.»Es comprensible para todos que ese discurso pueda suscitar la adhesión de un vasto sector de la población estadounidense, como lo demuestran los más de 73 millones de votos por Trump contabilizados en noviembre de 2020 –o sea, 10 millones más que en 2016, cuando obtuvo menos de 63 millones de sufragios. Para todos los que creían que Trump estaba perdiendo apoyo, ese 15% de aumento es una inmensa sorpresa… como en 2016. Es evidente que el bando de los globalistas no puede aceptar ese «discurso-programa». Así que hará todo lo que pueda por cerrarle al presidente saliente el camino a la reelección. Mayoritario en el «Estado Profundo estadounidense» (Deep State), disponiendo del control de la finanza y de los GAFAM (Google, Apple, Facebook, Amazone, Microsoft y Twitter), disponiendo también del control de la cuasi totalidad de los medios mainstream y de las agencias de prensa anglosajonas y europeas, el bando de los globalistas va a coordinar la acción de sus “brazos armados” para sacar a Donald Trump de la presidencia de Estados Unidos. El presidente Trump, por su parte, no es estúpido ni está solo. Dispone de un fortísimo apoyo popular, de una mayoría en el Senado, en la Corte Suprema y 27 de los 50 gobernadores de los Estados de la Unión son republicanos. En la Cámara de Representantes, acaba de reducir en 12 escaños (por ahora…) la ventaja que tenían los demócratas sobre los republicanos. Ha instalado una administración federal que le es mayoritariamente fiel (no totalmente…), ha cambiado a una mayoría de los jueces federales, resistió exitosamente a 2 intentos del Estado Profundo y de los demócratas de destituirlo (el Rusiagate fabricado desde 2016, que acabó desinflándose… porque era falso y los investigadores, los jueces y la opinión pública estadounidense acabaron dándose cuenta, y el intento de destitución iniciado en la Cámara de Representantes, que se fue a pique cuando llegó al Senado).Por cierto, Trump mostró lucidez cuando dijo, en su último discurso electoral, el 2 de noviembre de 2020, en Carolina del Norte: «Si algo he hecho durante mi mandato ha sido poner en evidencia la deshonestidad de los medios.» [4] Los medios mainstream estadounidenses siempre han suscitado y respaldado las acciones antiTrump. Es en este contexto de tensiones extremas y después de una campaña electoral durante en la que se han visto todos los golpes bajos posibles –de ambas partes– que se produce la elección del 3 de noviembre de 2020. ¿Han sido honestos los medios y los institutos de sondeos o han tratado de manipular a la opinión?Los medios mainstream estadounidenses –por cierto, al igual que los medios europeos– no brillan precisamente por su honestidad, pluralismo e imparcialidad. Bajo el control de un puñado de multimillonarios, esos medios defienden las causas e intereses de sus «patrones», miembros activos o simples colaboradores del Estado Profundo. Todo se vale, hasta las mentiras más descaradas. Se pone de relieve todo lo que perjudique al adversario (Trump) y se oculta todo lo que pudiera perjudicar al bando al que se quiere beneficiar (Biden). Los periodistas hacen carrera sólo si se someten o/y se autocensuran. Hoy estamos en una situación de «guerra informativa» electoral [5]. Los simples mortales encuentran muchas dificultades para informarse correctamente [6].Hace 4 años que esos medios estadounidenses, perfectamente secundados por los medios “hermanos” europeos vienen dedicándose, las 24 horas del día, a denigrar la imagen del presidente Trump ante la opinión pública estadounidense, occidental y mundial. Durante los meses anteriores a la elección se apoyaron en sondeos ampliamente sesgados para hacerle creer al pueblo estadounidense y al mundo –como en 2016– que la elección estaba “decidida” y que una gran ola demócrata iba a sumergir el país. Por citar sólo el ejemplo de la Florida, 4 días antes de la elección una amplia mayoría de los sondeos daba a Biden ganador con entre 1 y 5 puntos… pero el ganador fue Trump por 3,4 puntos. Las diferencias comprobadas entre esos últimos sondeos y el resultado del escrutinio son tales que no puede hablarse del margen de error sino de mentira y manipulación, interesada y… descarada. Esos sondeos y artículos engañosos se repitieron en la casi totalidad de los Estados de la Unión. Los resultados de Trump y del Partido Republicano, el día de la elección, revelaron la envergadura de esas mentiras-manipulaciones mediáticas y de los falsos sondeos preelectorales. ¿Es creíble la hipótesis de un fraude importante en varios Estados claves el día del escrutinio?Mi íntima convicción me dice que sí ya que existen, en mi opinión, demasiados índices concordantes tendientes a que la jauría “mediática” occidental –de la que ya sabemos quién la controla– pueda convencerme de lo contrario. Los presidentes de China y Rusia no se equivocan en esperar a que se proclamen resultados oficiales, lo cual no sucederá hasta el 8 de diciembre, antes de felicitar al vencedor, cuando realmente se sepa quién es [7].Estos son los indicios que me hacen dudar de la honestidad del escrutinio. 1 – La curiosa precipitación, por demás sospechosa, de la jauría mediática estadounidense, seguida de inmediato por su “hermana” de la Unión Europea –que también sabemos quién la controla– en querer imponer un vencedor cuando todavía no se conocen los resultados oficiales de 5 o 6 Estados. Todos sabemos que esos medios estadounidenses son «partidistas» y que son los más feroces adversarios de Trump. Conocemos su método consistente en criticar, cuestionar, modificar, no reconocer, poner en tela de juicio todos los resultados electorales que no les convienen en todo el planeta (como las elecciones presidenciales de Siria, en 2014; de Venezuela, en 2018; de Bolivia, en 2019, y de Bielorrusia, en 2020, por citar sólo 4). También conocemos su propensión a querer promover, más bien imponer, el candidato que les conviene, sin importar que ese candidato sólo cuente con un apoyo muy minoritario (como en los casos de Francia, en 2017; de Bolivia, en 2019; de Bielorrusia, en 2020. También es el caso de Navalni, quien no representa estrictamente nada en Rusia, y sin embargo nuestros medios nos lo “venden” como el contrincante número 1 de Putin). 2 – Las muy desacostumbradas acciones de Google, Facebook, YouTube y Twitter censurando, de manera concertada y simultánea, nada más y nada menos que al presidente de Estados Unidos. Esta colusión evidente de esas grandes empresas de servicios, de las que también sabemos quién las controla, simplemente no es “natural” ni democrática… 3 – Por primera vez en la historia de Estados Unidos, el voto por correspondencia se utilizó masivamente ya que más de un 42% de los electores que votaron lo hicieron por correspondencia (más de 64 millones), a pesar de ser mundialmente reconocido que ese tipo de voto favorece el fraude electoral.El voto por correspondencia incluso se eliminó en Francia en 1975 porque se juzgó propicio al fraude electoral [8].Dicho sea de paso, es extraño que algunos diputados de la mayoría LREM [9] estén tratando ahora de restablecer en Francia el voto por correspondencia, aprovechando la oportunidad que ofrece la epidemia de Covid-19 [10].¿Será que esos diputados tienen intenciones de ampliar las posibilidades de fraude en Francia para alcanzar la reelección en las próximas elecciones locales?Afirmar que no hubo el menor fraude electoral en Estados Unidos, con 64 millones de votos por correspondencia, simplemente no es creíble. Sin asumir por mi cuenta todo el conjunto de denuncias de fraudes emitidas por los republicanos, y enumeradas en un artículo reproducido en Profession Gendarme [11], voy a retener, sin embargo, un solo ejemplo –reconocido por los dos partidos, tanto el demócrata como el republicano– que no es por lo tanto cuestionable ni cuestionado. Según confesó ella misma al New York Times, Abigail Bowen, la secretaria electoral del condado de Shiawassee (Estado de Michigan), agregó, por error según ella, un cero de más en el conteo de los votos de Biden. En vez de inscribir 15 371 votos a favor del demócrata, su equipo agregó 150 371 sufragios. Dado el hecho que en los teclados de computadora la tecla del 0 no está cerca de la tecla del 5, es extraño decir que fue un error involuntario. La secretaria agrega que el error le fue notificado 20 minutos después y que lo corrigió enseguida. (Felizmente alguien se dio cuenta de este error, al parecer involuntario…)Está muy bien que ese error haya sido rectificado… pero eso plantea, de todas maneras, varias interrogantes: ¿Cuántos “errores” de 0 similares a este se cometieron, voluntariamente o no? ¿Cuántos “errores” de ese tipo fueron detectados, notificados y corregidos? ¿Cuántos de esos “errores” fueron validados en el conteo final? ¿Tiene entonces o no razones justificadas un candidato, sea demócrata o republicano, para solicitar que vuelvan a contarse los votos cuando el resultado se sitúa en un margen del 1% en uno de los Estados de la Unión? ¿No es eso lo que se hace en todas las democracias dignas de ese nombre? ¿Acaso es competencia de los medios proclamar un ganador sin disponer de resultados avalados? Lo que yo observo es que en 5 Estados calificados de swing states [12] los resultados están en ese margen del 1%: se trata de los Estados de Arizona, Georgia, Wisconsin, Pensilvania y Nevada [13]. En esos 5 Estados, Trump encabezaba la votación, pero Biden supuestamente acabó aventajándolo en todos por unos miles de votos gracias a la llegada oportuna, milagrosa, masiva y repentina de votos por correspondencia que le resultaron muy, muy, muy favorables. A estas alturas ya ustedes habrán comprendido que, en mi opinión, el voto por correspondencia es la puerta abierta al fraude. Cuando ese voto por correspondencia es masivo, el fraude puede hacerse importante y ser ampliamente suficiente para invertir un resultado en el margen del 1%. Es infinitamente poco probable que no haya habido fraudes. No especularé aquí sobre a quién pudieran haber favorecido esos fraudes y estoy seguro de que nunca llegarán a obtenerse todas las pruebas. Digo solamente que los “ingenuos” medios mainstream estadounidenses y europeos, que tanto quisieran negar a Trump el derecho a que vuelvan a contarse los votos, a que se abran investigaciones y a que se realicen verificaciones, esos mismos medios que –tratándose de otros países– tanto se preocupan por los conteos de votos y que tan fácilmente denuncian un «fraude electoral», no se engrandecen con todo esto. Sabíamos que Francia y sus periodistas que se mofan del presunto perdedor –porque se llama Trump– transmitían la imagen de una “mediocracia”. Pero, ¿también deben convertirse en una mediacracia que trata de imponernos presidentes y todo lo que debemos pensar, sobre todos los temas? Abordemos ahora el segundo tema de mi carta. Si el “globalista” Biden fuese electo el 8 de diciembre y entronizado el 20 de enero de 2021, ¿qué evolución podemos esperar para el planeta los europeos y los franceses?Biden es un anciano, de quien todos saben que ya no goza de todas sus facultades mentales –el próximo 20 de enero habrá cumplido 79 años. Debido a ello, si Biden resulta electo, se hallará bajo la influencia de otras personas y tomaría sus decisiones únicamente siguiendo consejos y bajo el «estrecho control» de su entorno cercano, emanación del «Deep State» o Estado Profundo y conformado con «globalistas» acérrimos. Es además ese entorno lo que habrá ayudado a Biden a ganar, así que sería ese entorno quien gobernaría, de hecho, Estados Unidos. Dado su obediencia «neoconservadora», ese entorno de Biden es resueltamente proisraelí y favorable a que se mantenga sobre el planeta una hegemonía absoluta de Estados Unidos. El profundo estudio de ese entorno (biografías, influencias a las que se somete, redes y comunidades de las que forma parte) resultaría muy revelador pero, por desgracia, nada sorprendente. En Francia tenemos los mismos. Habría que prepararse, por ende, con vista a un recrudecimiento de la injerencia agresiva de Estados Unidos tanto en el Medio Oriente (Líbano, Siria, Irak, Irán), por supuesto, a favor de Israel. Pero también en las fronteras de Rusia, en el Mar de China y en Sudamérica. El nuevo equipo de gobierno, brazo armado del «Deep State», creará los pretextos –aunque no existan– e instrumentalizará la nebulosa terrorista, como siempre lo ha hecho Washington en el pasado, para justificar sus actos de injerencia. Trump logró reducir gradual y considerablemente los bombardeos estadounidenses en el planeta (Estados Unidos utilizó 47 000 bombas en 2017, 16 000 en 2018, 12 000 en 2019 y 928 en enero y febrero de 2020, según los últimos datos conocidos) [14]. Trajo de regreso a Estados Unidos gran cantidad de soldados que estaban desplegados fuera del país, principalmente del Medio Oriente. Bajo el primer mandato de Trump, la coalición occidental mató mucho menos gente que bajo los 2 mandatos de su predecesor [el demócrata Barack Obama]. Si un equipo globalista se apodera de la Casa Blanca, esa tendencia podría invertirse a partir de la primavera de 2021… y la sangre correría otra vez. La OTAN sigue sin entender que debería –incluso en su propio interés– poner fin a tales derivas. La mala noticia es que una administración Biden también trataría de implicar a la OTAN, al Reino Unido, a Francia y a la Unión Europea en todos los trabajos sucios que sus estrategas neoconservadores sean capaces de urdir [15]. La mala noticia para Francia es que su dependencia económica (su deuda y el CAC40) y el creciente servilismo hacia Estados Unidos de las élites francesas, formadas precisamente para que sean serviles, le impedirán rechazar todas las invitaciones de Estados Unidos a ser parte de coaliciones creadas en defensa de causas dudosas. La buena noticia es el hecho que, a ambos lados del Atlántico, los pueblos están empezando a abrir los ojos. Sea o no del agrado de nuestros medios de difusión, de nuestros políticos y de nuestra opinión pública manipulada, el «soberanista» Trump incrementó en un 15% el total de votos que obtuvo en 2016. Sus partidarios controlan la Corte Suprema, el Senado, una mayoría de Estados y se acercan a la paridad en cuanto al número de escaños que controlan en la Cámara de Representantes. Sus partidarios también controlan las zonas rurales estadounidenses. Los demócratas sólo controlan realmente las grandes ciudades. GIF - 51.1 KBEn azul, los condados demócratas, en rojo los condados republicanos. Fuente : New York Post En esas condiciones, no será fácil gobernar Estados Unidos y hacer cualquier cosa, sobre todo teniendo en cuenta que la economía estadounidense está en baja y que la deuda es abismal. Tampoco será fácil gobernar una Unión Europea cuya parte occidental está en bancarrota, con poblaciones a punto de rebelarse, con PIBs en retroceso y presupuestos militares que se verán, quiérase o no, inevitablemente afectados. En tales condiciones, lo sabio sería dedicarse a resolver sus propios problemas en vez de ir a hacer el papel de sheriff en otras partes del mundo. Lo inteligente sería también no inmiscuirse en los asuntos de Estados soberanos bajo el falso pretexto de luchar contra un terrorismo que nosotros mismos contribuimos ampliamente a crear y a mantener mediante nuestra política exterior calamitosa (hacia países como Libia, Siria, Irak, Yemen, Irán, Rusia, Bielorrusia, Venezuela, Brasil y Bolivia, entre otros) y con posicionamientos oficiales irresponsables insultantes para decenas de países (como en el asunto de las caricaturas) [16]. Tarde o temprano, una coalición occidental orquestada por globalistas agresivos acabará por romperse los dientes en algún lugar, se asombrará de lo que le ha sucedido, tendrá que bajarse de su pedestal y ser menos arrogante. Se multiplicarán entonces las marchas, las ceremonias fúnebres, las manifestaciones ruidosas y ostentosas contra un enemigo que nosotros mismos habremos provocado y los pueblos tendrán que contar sus muertos y llorarlos. Basta con ver la “brillante” campaña que han dirigido los gobiernos de los países miembros de tales coaliciones en la llamada «guerra contra el coronavirus» para intuir que tampoco ganaremos la próxima… Général Dominique Delawarde https://www.voltairenet.org/article211636.htmlsalud
La vivienda usada en Málaga registra las primeras caídas de precio en cinco años y eleva el regateo en las ventashttps://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2020/11/18/coronavirus-deja-malaga-primeras-caidas/1205503.html?utm_source=rssTecnocasa constata un primer descenso del 1,4% y señala que los vendedores tendrán que asumir que la tendencia alcista ha cambiado - El alquiler también refleja una caída del 3%................... El metro cuadrado de la vivienda usada se sitúa en 1.574 euros, con una ligera caída interanual del 1,44% que, en todo caso, es inferior a la experimentada por otras capitales andaluzas como Sevilla (-8,2%, para un precio de 1.252 euros) y Córdoba (-6,16% y 1.109 euros), donde los precios también han empezado a bajar después de varios años al alza. El volumen de casas vendidas este año en Málaga ha descendido un 35% debido a las restricciones de movilidad o a la situación de confinamiento aplicadas durante algunos meses. ..............
El PSOE pide aumentar las ayudas para hacer las viviendas más sostenibles (en Málaga)https://www.laopiniondemalaga.es/malaga/2020/11/18/psoe-pide-aumentar-ayudas-adecuen/1205491.html?utm_source=rssLos socialistas proponen que el Ayuntamiento aumente al 50 por ciento la bonificación del IBI en domicilios que cuenten con instalaciones fotovoltaicas para calentar el agua y obtener electricidad, reduciendo la factura hasta en 800 euros al año
Te adjunto a Tucker Carlson:https://www.foxnews.com/opinion/tucker-carlson-2020-presidential-election-voter-fraud-dead-voters.ampTucker Carlson: Yes, dead people voted in this election and Democrats helped make it happenPor darle voz al otro "bando".Y una curiosidad, Vestrynge se ha convertido en exsecretario de Alianza Popular para la sexta al mostrar cierta opinión:https://twitter.com/DebatAlRojoVivo/status/1328326385522405376?s=19"Hay cambios raritos en los recuentos", dice sobre las elecciones en EEUU Jorge Verstrynge, ex secretario general de Alianza Popular y profesor de Política en la Complutense. "Estas elecciones huelen mal". ▶ https://t.co/w3te27rNXQ https://t.co/TIARgcFbocUn saludo.
Cita de: Lurker en Noviembre 18, 2020, 12:33:16 pmTe adjunto a Tucker Carlson:https://www.foxnews.com/opinion/tucker-carlson-2020-presidential-election-voter-fraud-dead-voters.ampTucker Carlson: Yes, dead people voted in this election and Democrats helped make it happenPor darle voz al otro "bando".Y una curiosidad, Vestrynge se ha convertido en exsecretario de Alianza Popular para la sexta al mostrar cierta opinión:https://twitter.com/DebatAlRojoVivo/status/1328326385522405376?s=19"Hay cambios raritos en los recuentos", dice sobre las elecciones en EEUU Jorge Verstrynge, ex secretario general de Alianza Popular y profesor de Política en la Complutense. "Estas elecciones huelen mal". ▶ https://t.co/w3te27rNXQ https://t.co/TIARgcFbocUn saludo.Mr. Carlson tuvo que disculparse en antena porque su fact checking brilla por su ausencia: https://thehill.com/homenews/media/525980-tucker-carlson-issues-on-air-apology-over-georgia-voter-claimslo mejor es que he dado con ellos porque lo pone en el pie del video enlazado.¿que saldrán algunos? sin duda, pero eso es en todas las elecciones y por ambos bandos. todo esto se ha discutido ya más atrás en el hilo, ruego a quien lea este mensaje que se tome el tiempo en investigar.mientras tanto, en el mundo real, dónde mentir te puede llevar a la cárcel, lo único que veo es que los abogados de Trump no ganan ni un juicio, y hasta dejan a su cliente. https://www.transicionestructural.net/index.php?topic=2358.msg187316#msg187316 (por cierto, recomendaría mantener el tema usa en este hilo ya existente)de las actas (un par) que he visto, los abogados ni tan solo reclaman fraude, sino errores en la votación.no sé si quiero mirarme lo que ha dicho Verstrynge, me temo más de lo mismo.
Pensaba a hacer una encuesta, poniendo varias opciones sobre puntos comunes entre los nueve "panelistas"...Pero, pensándolo mejor, lo dejo abierto a vuestro criterio y opinión. Así nos divertimos más y no doy pistas Se aceptan opiniones de dos clases:- Todos XXXX....- Todos menos uno XXXX...Por ejemplo- Todos menos uno tienen la foto en color: OK- Todos son calvos: OK
Pero la verdad es que los intentos de los perdedores por aferrarse al modelo muerto, especialmente los más impregnados de soberbia, han hecho que la Transición Estructural sea más profunda de lo que inicialmente iba a ser, hasta el punto de que nos encontramos con dos regalos extra inesperados:— la pérdida de la hegemonía de la angloesfera y— la difícil calificación como capitalista del sistema que sale del cambio de modelo.
¿Cómo ha cambiado el mercado inmobiliario con la pandemia? El alquiler está sufriendo más que la venta de viviendaEl mercado de compraventa se ha estabilizado a mayor velocidadTras lo meses de confinamiento, el sector inmobiliario se ha ido recuperando poco a poco, pero el contexto económico esta dejando secuelas en la demanda. Mientras en el mercado de compraventa se ha estabilizado a mayor velocidad, el del alquiler muestra que la demanda sigue resintiéndose. En ambos, los precio ya están mostrando descensos significativos.El coronavirus ha sacudido, como en el resto de sectores, el mercado inmobiliario. Los meses de confinamiento provocó una paralización de la actividad que poco a poco se ha ido recuperando con un efecto rebote en los meses posteriores sobre las operaciones en un contexto de crisis económica. Es un buen momento para repasar cómo estaba el mercado antes de la pandemia y cómo está evolucionando. Y la primera conclusión a la que se llega es que el efecto de la pandemia no está teniendo el mismo efecto en el alquiler que en la compraventa de vivienda.La actividad por parte de particulares se ha estabilizado en la parte de compra, incluso ofrece señales de incremento. Según los datos de Fotocasa, la demanda relacionada exclusivamente con la compra ha pasado del 39% registrado en febrero al 43% en agosto. El informe de la firma está en línea con las cifras oficiales que se van publicando.Venta de ViviendasLas operaciones de compra de vivienda se han recuperado de forma vertiginosa después de tocar suelo en los meses de abril y mayo. Según el INE, las ventas en septiembre se situaron en casi 39.000 unidades, casi en los mismos niveles que el año pasado, gracias al mejor comportamiento de la obra nueva. La compraventa es un mercado que, pese a la pandemia, se está manteniendo más estable, destacan desde Fotocasa.La demanda de vivienda en alquiler sí se ha resentido y está lejos del comportamientos que experimentaba en el mes de febrero. "Históricamente, las propias dinámicas del mercado del alquiler han sido más sensible a cualquier cambio o alteración en el entorno", señala Anaïs López, directora de la web inmobiliaria. En febrero, el mercado del alquiler registraba una mayor actividad ante los elevados precios de compra. La demanda relacionada exclusivamente con el alquiler ha pasado de representar el 49% en febrero al 44% en agosto de 2020. "las acciones en ambos mercados se han igualado cuando hace sólo seis meses estaban separadas por diez puntos porcentuales y el alquiler era el que mandaba".Impacto en precioUno de los indicadores más importantes del sector, los precios, también se han movido como consecuencia del impacto de la pandemia y las oscilaciones en la demanda. El precio promedio por metro cuadrado de las viviendas vendidas fue de 1.357 euros en septiembre, lo que supone una caída del 7% respecto al año pasado, según las estadísticas del Consejo General del Notariado. Una de las estadísticas más seguidas por el mercado, el índice de la tasadora Tinsa apunta a que el precio medio descendió un 2,2% en septiembre, lo que supone la primera caída interanual significativa en los últimos cuatro años.Sin embargo, la tendencia de precios no es homogénea por todo el territorio. En las áreas metropolitanas, la caída en tasa interanual alcanza el 2,5 % en septiembre; un 3,3 % en la costa mediterránea, y un 3,8 % tanto en Baleares y Canarias como en los municipios más pequeños de interior. En las zonas de costa, más vinculadas a la actividad turística y de segunda residencia, el ajuste desde marzo se eleva al 4,5 % en la costa mediterránea y al 7,6 % en el caso de Baleares y Canarias, que registró un descenso mensual del 3,4 % entre agosto y septiembre.Tanto Madrid como Cataluña, los dos mayores mercados, mantienen similares niveles de actividad en compraventa que los que registraban en febrero, tanto en la participación de particulares en la oferta como en la demanda, detallan desde Fotocasa. De hecho, en ambas autonomías aumenta el porcentaje de personas que han buscado, aunque todavía no han encontrado la vivienda que se ajuste a sus pretensiones. La comunidad autónoma que más está sufriendo las consecuencias del coronavirus en el mercado de compra es la Comunidad Valenciana.El precio de alquiler también está mostrando debilidad, aunque se ha recuperado ligeramente respecto a los descensos experimentados en abril, mayo y junio. "Ahora mismo el mercado del alquiler está evolucionando a diferentes velocidades y mientras hay zonas en las que los incrementos aún son elevados en otras las caídas de precio son ya una realidad". Como en el precio de venta, el comportamiento no está siendo uniforme. En diez comunidades autónomas presentan datos mensuales negativos en octubre de 2020, según Fotocasa. Baleares con un descenso de -3,2% es la región que más baja de precio. Le siguen, Región de Murcia (-3%), Extremadura (-2,2%), Comunitat Valenciana (-1,9%), Madrid (-1,4%), Cataluña (-0,9%), Castilla y León (-0,8%), País Vasco (-0,4%), Navarra (-0,2%) y Asturias (-0,1%).Por otro lado, el precio de la vivienda incrementa en las comunidades de La Rioja (2,6%), Aragón (1,7%), Galicia (0,7%), Castilla-La Mancha (0,5%), Canarias (0,2%) y Andalucía (0,1%). Por otro lado, Cantabria es la única comunidad que mantiene el precio del mes anterior y mantiene igual su variación mensual.