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USA es el mayor importador porque paga en dólares. Importa de gratis siguiendo un esquema cuasi colonial mediante el control de las autoridades locales. Ventajas de haber ganado la gran guerra.Como español y por tanto no alineado, este patrón es fácilmente reconocible allende fronteras, salvo Francia y muy pocos más.Los BRICS son la rotura de ese patrón.España está de perfil, lo cual es un acto de inteligencia histórico.China era una autarquía hace apenas 20 años. Son aproximaciones al comercio internacional totalmente distintas. Uno recibe, el otro sobreproduce.Comparar Rusia con Texas es delirante. No hay por donde cogerlo.A las pruebas me remito.
Así ha cambiado la concentración de vivienda en EspañaEspaña ha vivido un proceso continuado de concentración de la vivienda, ya sea por la actividad inversora o por el papel de las herencias. Los expertos alertan de sus consecuencias en el aumento de la desigualdadEspaña ha sido históricamente un país de propietarios. La falta de un parque público de vivienda en alquiler, el fácil acceso al crédito en los años previos al estallido de la crisis financiera y una cultura e ideología de la tenencia mucho más arraigada que en otros vecinos europeos han propiciado este modelo. Sin embargo, aunque año a año parezca imperceptible por la lentitud propia que suele acompañar a las grandes transformaciones estructurales, las cosas parecen estar cambiando. Hay pocas fuentes de datos oficiales disponibles, pero una mirada con perspectiva histórica sobre ellas muestra que España tiene cada vez más inmuebles y que estos se concentran en menos manos.Una manera de aproximarse al fenómeno de la concentración de la propiedad es la información catastral. En 2006, el país contaba con algo más de 20 millones de bienes inmuebles urbanos, entre garajes, trasteros y, principalmente, viviendas. En 2024, esa cifra roza los 28,5 millones. Sin embargo, mientras que al comienzo del periodo el 67% de los titulares tenía solo un bien en propiedad, ese porcentaje ha ido cayendo de manera sostenida y ahora se encuentra en el 53%. Por el lado contrario, los que tienen de dos a cinco inmuebles han pasado del 31% al 42%, los que atesoran de seis a 10 han avanzado del 1,7% al 4,3% y los que superan la decena —principalmente personas jurídicas— han doblado su proporción, hasta el 1,1%.El fenómeno de acumulación, a su vez, ha llevado a un proceso en el que muchos más hogares no poseen ninguna vivienda. Lo muestra la Encuesta Financiera de las Familias que publica el Banco de España, centrada exclusivamente en las casas. Según sus datos, el 80,7% de los hogares tenían en 2002 la vivienda habitual en propiedad, un porcentaje que ha ido cayendo para situarse, dos décadas después, en el 72%. Por el contrario, cuando se mira el apartado de otros bienes inmobiliarios —compuesto esencialmente por segundas residencias, según detalla el supervisor— la línea es ascendente: los hogares en esta situación han pasado del 29% al 46,8%. En ambos casos, el punto de inflexión se sitúa en la crisis financiera de 2008 y los años inmediatamente posteriores, el origen de todo este proceso.Marta Ill-Raga, doctora en Ciencias Políticas por la Universidad de Gante e investigadora en el Instituto de Investigaciones Urbanas de Barcelona (IDRA) se refiere a este momento como el derrumbe del modelo basado en la propiedad que había ido configurándose durante décadas. “A finales de los 2000, cuando el valor de la vivienda no puede sostener el nivel de crédito ligado a los salarios, revienta esa sociedad de propietarios”, asegura. Eso hace que solo las personas con buenos salarios y con acceso al crédito puedan optar a la tenencia de vivienda, provocando sin remedio el aumento de la población inquilina y “el ensanchamiento de una brecha de clase que se abre a través de lo patrimonial”.La situación, prosigue Dmitry Petrov, profesor de Economía en la Universidad de Alcalá, empieza a remitir a partir de 2016, pero muchas familias, sobre todo jóvenes, no son capaces de generar el ahorro suficiente para asumir las nuevas condiciones crediticias. “Cuando la rentabilidad de la vivienda que se había perdido empieza a recuperarse, los grandes capitales vuelven a ella”, relata Petrov. “Y eso también se extiende a esa clase media acomodada que había salido bien de la crisis y que empieza a poseer más viviendas para tener una renta adicional”. Esa suma de factores lleva a que la población sin casas en propiedad se quede descolgada. “La sociedad se polariza en torno a la vivienda”, insiste Ill-Raga.Las consecuencias son obvias en un país en el que la casa se conforma como uno de los ejes vertebradores del proyecto vital: “La posición en relación con la propiedad inmobiliaria es lo que hoy determina la posición social”, resume Javier Gil, investigador en el CSIC y en el Grupo de Estudios Críticos Urbanos (GECU). Desde Londres, Clara Martínez-Toledano, economista del Imperial College London, se refiere al fenómeno como “una trampa”: los precios del alquiler son altos y no permiten ahorrar para afrontar los precios de compra, que también crecen.Darío Ruano tiene 41 años y trabaja en el mundillo de los eventos profesionales. Es de un pequeño municipio del norte, vivió unos años en Barcelona y desde hace tres está en Málaga, siempre de alquiler. Está contento en la ciudad y hace poco empezó a buscar casa para comprar, pero al carecer de ahorros suficientes para costear la entrada lo tiene muy difícil y teme enquistarse en esa situación. “Todos los meses pago en alquiler casi la mitad de mi sueldo. Entre eso y el resto de gastos es imposible reunir el dinero necesario”. Su casero, o eso cree porque él interactúa directamente con una agencia, es un pequeño propietario que “tendrá como mucho una o dos viviendas más”.Varios tipos de multipropiedadEn efecto, la acumulación inmobiliaria, al menos según los pocos datos disponibles que hay, no viene (al menos, no exclusivamente) de la mano de grandes tenedores, fondos de inversión o empresas, sino de personas físicas. Y estos pequeños propietarios llegan a serlo por un sinfín de motivos. José García Montalvo, catedrático de Economía en la Universidad Pompeu Fabra, destaca la inversión de aquellas familias que sortearon la tormenta financiera e inmobiliaria de 2008 y pudieron acumular patrimonio en los años posteriores. También pone el foco en el efecto de las herencias. “Aunque es evidente que la distribución se ha movido hacia una media de número de viviendas más alta por propietario, sigue siendo un mercado muy atomizado”, asegura.En la misma línea se sitúa Enrique Martín, director asociado y experto en vivienda de Afi, quien señala que entre 2007 y 2023 se transmitieron por herencia unos 2,7 millones de casas. También asume que los hogares de mayor edad y mayor nivel de renta “capturan la revalorización”. Es decir, que al tener mayor porcentaje de vivienda en alquiler son los que se ven beneficiados por el incremento de los precios. Sin embargo, añade, pese a ese proceso de acumulación, el colectivo de propietarios sigue siendo enorme y está, al menos todavía, muy fragmentado.Según los datos del catastro, que para el año 2024 sí ofrece una radiografía más detallada del mercado, el 72% de los inmuebles están en manos de propietarios de una vivienda, mientras que el 22% lo tienen los titulares de hasta cinco casas. El resto (6%) pertenece a tenedores de más de cinco inmuebles. La situación, además, es relativamente parecida a lo largo de toda la geografía española, lo que para Montalvo demuestra que el fenómeno, aunque pueda estar más focalizado en provincias turísticas y de mayor demanda, es global.Una de esas pequeñas propietarias es Noemi García, residente en Madrid. En su caso, junto con su pareja, pudo acumular varias casas porque sus padres, sus abuelos y sus suegros fallecieron en un periodo muy corto de tiempo y heredaron. Vendieron algunas propiedades y conservaron otras, que alquilan a precios por debajo del mercado, siempre con la máxima de “no especular”, asegura. Álvaro Cabrera es un pequeño inversor que compró una segunda residencia hace 10 años para que su hijo tenga casa cuando quiera independizarse, pero por el momento la arrienda, también en la capital. Los dos casos muestran cómo se ha ido conformando esta nueva generación de propietarios y alumbran los efectos que esto puede ocasionar en el futuro.Para Ill-Raga, uno puede ser multipropietario de manera activa —es decir, comprando si tiene capacidad económica para ello— o por accidente —en el caso de haber heredado—. Sin embargo, el resultado es el mismo, ya que por ambas vías se constituye una posición objetiva que “permite ejercer la política subjetiva de la extracción de renta”. Es decir, existe una diversidad de caseros, pero “como la vivienda sigue siendo el mejor activo de inversión, se naturalizan ciertos comportamientos de mercado y los actores, que son los propietarios, defienden su posición de clase”. El resultado, insiste, es un proceso de transferencia continuo de los hogares inquilinos a los hogares multipropietarios. Esto crea un círculo vicioso en el que “la capacidad de ahorro de los arrendatarios se diluye, mientras que se infla la demanda no residencial de quienes tienen capacidad de compra”, describe Gil. Para este experto, el auge de las transacciones de vivienda sin hipoteca, que ha cogido ritmo en los últimos años, ilustra a la perfección la situación. “Este proceso de adquisición y acumulación para extraer la máxima rentabilidad hace que cada vez menos población pueda acceder a un techo”, alega.Otros expertos, sin embargo, creen que el principal problema ha sido el de la falta de previsión. Elisa Chuliá, profesora de sociología en la UNED e investigadora de Funcas, centra el foco en la falta de oferta residencial y no en la acumulación. “La población española ha crecido por el aumento de la esperanza de vida y la llegada de inmigrantes, mientras que la vivienda no lo ha hecho en la misma proporción porque se ha dejado de construir durante mucho tiempo”. También insiste en este punto Montalvo, quien pone el foco en la falta de un parque público y en los fallos que han tenido las políticas públicas a lo largo de los últimos años. Uno de los ejemplos más claros, explica Martínez-Toledano, es la concentración de la oferta laboral en las grandes ciudades, lo que infla la demanda residencial, y por tanto los precios, en ciertas zonas.Ganadores y perdedoresEl proceso de acumulación inmobiliaria deja hasta la fecha claros ganadores y perdedores. Entre los primeros, explican los expertos, se encuentran las generaciones que empezaron su proyecto vital antes del estallido de la crisis financiera o en la etapa posterior de recuperación, previa a la irrupción de la pandemia de la covid-19. “Todo viene marcado por el momento de la compra de la primera vivienda y la capacidad de comprar o herederar más inmuebles”, resalta Petrov. En el otro grupo están principalmente los jóvenes, explica José Ignacio Conde-Ruiz, doctor en Economía por la Universidad Carlos III de Madrid y subdirector de Fedea. “La justicia intergeneracional se ha roto por diferentes sitios y la vivienda es uno de los factores principales”, señala. Martínez-Toledano agrega que, pese a tener mayor nivel académico y sueldos mejores, la población joven queda fuera del acceso a una primera casa y engorda —sin quererlo— el círculo vicioso al tener que pagar un alquiler para poder vivir.Sin embargo, más allá de lo generacional, Petrov resalta también las consecuencias en otro tipo de hogares, como los que tienen rentas bajas e hijos menores a cargo o los compuestos por población migrante. Martínez-Toledano también mete en la ecuación a los ciudadanos de pequeñas ciudades o zonas rurales que se van a trabajar y a vivir a las grandes urbes, y que quedan doblemente descolgados porque las casas que van a heredar, si es así, estarán en zonas distintas al lugar de residencia.De nuevo el Banco de España ofrece varias pistas que rodean al factor edad y renta. Según sus datos, un 66% de los menores de 35 años tenía vivienda principal en 2002, porcentaje que subió al 69% en 2011 y que ha ido cayendo hasta situarse en 2022 en el mínimo histórico del 32%. Los que tenían entre 35 y 44 años han pasado del 78% al 62%. El resto de franjas de edad o ha mantenido el porcentaje o ha perdido posiciones tímidamente. Por nivel de renta sucede algo similar. Si se analiza al 20% más pobre, el 73% tenía casa en propiedad al comienzo de la serie, una proporción que ahora está en el 55%. Los hogares de más ingresos, por el contrario, mantienen su puesto.¿Qué cabe esperar ahora? La mayor parte de los expertos consultados cree que la acumulación irá a más y se agudizará en los próximos años debido al proceso continuado de transferencia de renta y al papel de las sucesiones, avanza Gil. Por ejemplo, según datos recopilados por IDRA, el 70% de los inquilinos de Madrid y Barcelona no esperan heredar una vivienda nunca. Ill-Raga introduce una última derivada: “Será crucial el comportamiento de los propietarios de una sola vivienda”. Este perfil vive aparentemente al margen de este proceso de acumulación, pero su papel será clave en el futuro porque, “si para costear sus cuidados en edad avanzada venden su casa, esas propiedades irán poco a poco desapareciendo”. Tampoco se puede olvidar la dimensión política. Ill-Raga y Petrov destacan cómo, debido al fuerte apego emocional que genera la propiedad, la extrema derecha podría capitalizar el descontento en la lucha por conseguir las pocas viviendas disponibles. “España ha perdido ya la oportunidad de implementar políticas para limitar estos desequilibrios en el medio plazo”, recalca pesimista Martínez Toledano.
Recordemos que EEUU es el primer importador del mundo.
CitarAsí ha cambiado la concentración de vivienda en EspañaEspaña ha vivido un proceso continuado de concentración de la vivienda, ya sea por la actividad inversora o por el papel de las herencias. Los expertos alertan de sus consecuencias en el aumento de la desigualdadEspaña ha sido históricamente un país de propietarios. La falta de un parque público de vivienda en alquiler, el fácil acceso al crédito en los años previos al estallido de la crisis financiera y una cultura e ideología de la tenencia mucho más arraigada que en otros vecinos europeos han propiciado este modelo. Sin embargo, aunque año a año parezca imperceptible por la lentitud propia que suele acompañar a las grandes transformaciones estructurales, las cosas parecen estar cambiando. Hay pocas fuentes de datos oficiales disponibles, pero una mirada con perspectiva histórica sobre ellas muestra que España tiene cada vez más inmuebles y que estos se concentran en menos manos.Una manera de aproximarse al fenómeno de la concentración de la propiedad es la información catastral. En 2006, el país contaba con algo más de 20 millones de bienes inmuebles urbanos, entre garajes, trasteros y, principalmente, viviendas. En 2024, esa cifra roza los 28,5 millones. Sin embargo, mientras que al comienzo del periodo el 67% de los titulares tenía solo un bien en propiedad, ese porcentaje ha ido cayendo de manera sostenida y ahora se encuentra en el 53%. Por el lado contrario, los que tienen de dos a cinco inmuebles han pasado del 31% al 42%, los que atesoran de seis a 10 han avanzado del 1,7% al 4,3% y los que superan la decena —principalmente personas jurídicas— han doblado su proporción, hasta el 1,1%.El fenómeno de acumulación, a su vez, ha llevado a un proceso en el que muchos más hogares no poseen ninguna vivienda. Lo muestra la Encuesta Financiera de las Familias que publica el Banco de España, centrada exclusivamente en las casas. Según sus datos, el 80,7% de los hogares tenían en 2002 la vivienda habitual en propiedad, un porcentaje que ha ido cayendo para situarse, dos décadas después, en el 72%. Por el contrario, cuando se mira el apartado de otros bienes inmobiliarios —compuesto esencialmente por segundas residencias, según detalla el supervisor— la línea es ascendente: los hogares en esta situación han pasado del 29% al 46,8%. En ambos casos, el punto de inflexión se sitúa en la crisis financiera de 2008 y los años inmediatamente posteriores, el origen de todo este proceso.Marta Ill-Raga, doctora en Ciencias Políticas por la Universidad de Gante e investigadora en el Instituto de Investigaciones Urbanas de Barcelona (IDRA) se refiere a este momento como el derrumbe del modelo basado en la propiedad que había ido configurándose durante décadas. “A finales de los 2000, cuando el valor de la vivienda no puede sostener el nivel de crédito ligado a los salarios, revienta esa sociedad de propietarios”, asegura. Eso hace que solo las personas con buenos salarios y con acceso al crédito puedan optar a la tenencia de vivienda, provocando sin remedio el aumento de la población inquilina y “el ensanchamiento de una brecha de clase que se abre a través de lo patrimonial”.La situación, prosigue Dmitry Petrov, profesor de Economía en la Universidad de Alcalá, empieza a remitir a partir de 2016, pero muchas familias, sobre todo jóvenes, no son capaces de generar el ahorro suficiente para asumir las nuevas condiciones crediticias. “Cuando la rentabilidad de la vivienda que se había perdido empieza a recuperarse, los grandes capitales vuelven a ella”, relata Petrov. “Y eso también se extiende a esa clase media acomodada que había salido bien de la crisis y que empieza a poseer más viviendas para tener una renta adicional”. Esa suma de factores lleva a que la población sin casas en propiedad se quede descolgada. “La sociedad se polariza en torno a la vivienda”, insiste Ill-Raga.Las consecuencias son obvias en un país en el que la casa se conforma como uno de los ejes vertebradores del proyecto vital: “La posición en relación con la propiedad inmobiliaria es lo que hoy determina la posición social”, resume Javier Gil, investigador en el CSIC y en el Grupo de Estudios Críticos Urbanos (GECU). Desde Londres, Clara Martínez-Toledano, economista del Imperial College London, se refiere al fenómeno como “una trampa”: los precios del alquiler son altos y no permiten ahorrar para afrontar los precios de compra, que también crecen.Darío Ruano tiene 41 años y trabaja en el mundillo de los eventos profesionales. Es de un pequeño municipio del norte, vivió unos años en Barcelona y desde hace tres está en Málaga, siempre de alquiler. Está contento en la ciudad y hace poco empezó a buscar casa para comprar, pero al carecer de ahorros suficientes para costear la entrada lo tiene muy difícil y teme enquistarse en esa situación. “Todos los meses pago en alquiler casi la mitad de mi sueldo. Entre eso y el resto de gastos es imposible reunir el dinero necesario”. Su casero, o eso cree porque él interactúa directamente con una agencia, es un pequeño propietario que “tendrá como mucho una o dos viviendas más”.Varios tipos de multipropiedadEn efecto, la acumulación inmobiliaria, al menos según los pocos datos disponibles que hay, no viene (al menos, no exclusivamente) de la mano de grandes tenedores, fondos de inversión o empresas, sino de personas físicas. Y estos pequeños propietarios llegan a serlo por un sinfín de motivos. José García Montalvo, catedrático de Economía en la Universidad Pompeu Fabra, destaca la inversión de aquellas familias que sortearon la tormenta financiera e inmobiliaria de 2008 y pudieron acumular patrimonio en los años posteriores. También pone el foco en el efecto de las herencias. “Aunque es evidente que la distribución se ha movido hacia una media de número de viviendas más alta por propietario, sigue siendo un mercado muy atomizado”, asegura.En la misma línea se sitúa Enrique Martín, director asociado y experto en vivienda de Afi, quien señala que entre 2007 y 2023 se transmitieron por herencia unos 2,7 millones de casas. También asume que los hogares de mayor edad y mayor nivel de renta “capturan la revalorización”. Es decir, que al tener mayor porcentaje de vivienda en alquiler son los que se ven beneficiados por el incremento de los precios. Sin embargo, añade, pese a ese proceso de acumulación, el colectivo de propietarios sigue siendo enorme y está, al menos todavía, muy fragmentado.Según los datos del catastro, que para el año 2024 sí ofrece una radiografía más detallada del mercado, el 72% de los inmuebles están en manos de propietarios de una vivienda, mientras que el 22% lo tienen los titulares de hasta cinco casas. El resto (6%) pertenece a tenedores de más de cinco inmuebles. La situación, además, es relativamente parecida a lo largo de toda la geografía española, lo que para Montalvo demuestra que el fenómeno, aunque pueda estar más focalizado en provincias turísticas y de mayor demanda, es global.Una de esas pequeñas propietarias es Noemi García, residente en Madrid. En su caso, junto con su pareja, pudo acumular varias casas porque sus padres, sus abuelos y sus suegros fallecieron en un periodo muy corto de tiempo y heredaron. Vendieron algunas propiedades y conservaron otras, que alquilan a precios por debajo del mercado, siempre con la máxima de “no especular”, asegura. Álvaro Cabrera es un pequeño inversor que compró una segunda residencia hace 10 años para que su hijo tenga casa cuando quiera independizarse, pero por el momento la arrienda, también en la capital. Los dos casos muestran cómo se ha ido conformando esta nueva generación de propietarios y alumbran los efectos que esto puede ocasionar en el futuro.Para Ill-Raga, uno puede ser multipropietario de manera activa —es decir, comprando si tiene capacidad económica para ello— o por accidente —en el caso de haber heredado—. Sin embargo, el resultado es el mismo, ya que por ambas vías se constituye una posición objetiva que “permite ejercer la política subjetiva de la extracción de renta”. Es decir, existe una diversidad de caseros, pero “como la vivienda sigue siendo el mejor activo de inversión, se naturalizan ciertos comportamientos de mercado y los actores, que son los propietarios, defienden su posición de clase”. El resultado, insiste, es un proceso de transferencia continuo de los hogares inquilinos a los hogares multipropietarios. Esto crea un círculo vicioso en el que “la capacidad de ahorro de los arrendatarios se diluye, mientras que se infla la demanda no residencial de quienes tienen capacidad de compra”, describe Gil. Para este experto, el auge de las transacciones de vivienda sin hipoteca, que ha cogido ritmo en los últimos años, ilustra a la perfección la situación. “Este proceso de adquisición y acumulación para extraer la máxima rentabilidad hace que cada vez menos población pueda acceder a un techo”, alega.Otros expertos, sin embargo, creen que el principal problema ha sido el de la falta de previsión. Elisa Chuliá, profesora de sociología en la UNED e investigadora de Funcas, centra el foco en la falta de oferta residencial y no en la acumulación. “La población española ha crecido por el aumento de la esperanza de vida y la llegada de inmigrantes, mientras que la vivienda no lo ha hecho en la misma proporción porque se ha dejado de construir durante mucho tiempo”. También insiste en este punto Montalvo, quien pone el foco en la falta de un parque público y en los fallos que han tenido las políticas públicas a lo largo de los últimos años. Uno de los ejemplos más claros, explica Martínez-Toledano, es la concentración de la oferta laboral en las grandes ciudades, lo que infla la demanda residencial, y por tanto los precios, en ciertas zonas.Ganadores y perdedoresEl proceso de acumulación inmobiliaria deja hasta la fecha claros ganadores y perdedores. Entre los primeros, explican los expertos, se encuentran las generaciones que empezaron su proyecto vital antes del estallido de la crisis financiera o en la etapa posterior de recuperación, previa a la irrupción de la pandemia de la covid-19. “Todo viene marcado por el momento de la compra de la primera vivienda y la capacidad de comprar o herederar más inmuebles”, resalta Petrov. En el otro grupo están principalmente los jóvenes, explica José Ignacio Conde-Ruiz, doctor en Economía por la Universidad Carlos III de Madrid y subdirector de Fedea. “La justicia intergeneracional se ha roto por diferentes sitios y la vivienda es uno de los factores principales”, señala. Martínez-Toledano agrega que, pese a tener mayor nivel académico y sueldos mejores, la población joven queda fuera del acceso a una primera casa y engorda —sin quererlo— el círculo vicioso al tener que pagar un alquiler para poder vivir.Sin embargo, más allá de lo generacional, Petrov resalta también las consecuencias en otro tipo de hogares, como los que tienen rentas bajas e hijos menores a cargo o los compuestos por población migrante. Martínez-Toledano también mete en la ecuación a los ciudadanos de pequeñas ciudades o zonas rurales que se van a trabajar y a vivir a las grandes urbes, y que quedan doblemente descolgados porque las casas que van a heredar, si es así, estarán en zonas distintas al lugar de residencia.De nuevo el Banco de España ofrece varias pistas que rodean al factor edad y renta. Según sus datos, un 66% de los menores de 35 años tenía vivienda principal en 2002, porcentaje que subió al 69% en 2011 y que ha ido cayendo hasta situarse en 2022 en el mínimo histórico del 32%. Los que tenían entre 35 y 44 años han pasado del 78% al 62%. El resto de franjas de edad o ha mantenido el porcentaje o ha perdido posiciones tímidamente. Por nivel de renta sucede algo similar. Si se analiza al 20% más pobre, el 73% tenía casa en propiedad al comienzo de la serie, una proporción que ahora está en el 55%. Los hogares de más ingresos, por el contrario, mantienen su puesto.¿Qué cabe esperar ahora? La mayor parte de los expertos consultados cree que la acumulación irá a más y se agudizará en los próximos años debido al proceso continuado de transferencia de renta y al papel de las sucesiones, avanza Gil. Por ejemplo, según datos recopilados por IDRA, el 70% de los inquilinos de Madrid y Barcelona no esperan heredar una vivienda nunca. Ill-Raga introduce una última derivada: “Será crucial el comportamiento de los propietarios de una sola vivienda”. Este perfil vive aparentemente al margen de este proceso de acumulación, pero su papel será clave en el futuro porque, “si para costear sus cuidados en edad avanzada venden su casa, esas propiedades irán poco a poco desapareciendo”. Tampoco se puede olvidar la dimensión política. Ill-Raga y Petrov destacan cómo, debido al fuerte apego emocional que genera la propiedad, la extrema derecha podría capitalizar el descontento en la lucha por conseguir las pocas viviendas disponibles. “España ha perdido ya la oportunidad de implementar políticas para limitar estos desequilibrios en el medio plazo”, recalca pesimista Martínez Toledano.https://elpais.com/economia/2025-03-02/buscador-asi-ha-cambiado-la-concentracion-de-vivienda-en-espana.html
Gente organizándose (como sugiere saturno):Sindicato de Inquilinas de Madrid | ¡A los piquetes, inquilina!Saludos.
Putin ally pushes deal to restart Nord Stream 2 with US backingEx-spy Warnig’s plan to involve American investors shows breadth of Trump’s rapprochement with Russian president© FT montage; AP/AFP/Getty ImagesA former spy and close friend of Vladimir Putin has been engineering a restart of Russia’s Nord Stream 2 gas pipeline to Europe with the backing of US investors, a once unthinkable move that shows the breadth of Donald Trump’s rapprochement with Moscow.The efforts on a deal, according to several people aware of the discussions, were the brainchild of Matthias Warnig, an ex-Stasi officer in East Germany who until 2023 ran Nord Stream 2’s parent company for the Kremlin-controlled gas giant Gazprom.Warnig’s plan involved outreach to the Trump team through US businessmen, the people said, as part of back-channel efforts to broker an end to the war in Ukraine while deepening economic ties between the US and Russia.Some prominent Trump administration figures are aware of the initiative to bring in US investors, according to officials in Washington, and they see it as part of the push to rebuild relations with Moscow.While there have been several expressions of interest, one US-led consortium of investors has drawn up the outlines of a post-sanctions deal with Gazprom, according to one person with direct knowledge of talks who declined to disclose the identity of the prospective investors.Senior EU officials became aware of the Nord Stream 2 discussion in recent weeks. Leaders of several European countries are concerned and have discussed the matter, according to several officials with knowledge of the discussions.One of Nord Stream 2’s two pipelines was blown up in sabotage attacks in September 2022 that destroyed both pipelines of its older sister project Nord Stream 1. The other Nord Stream 2 pipeline, which has an annual capacity of 27.5bn cubic metres of natural gas, is undamaged but has never been used.The latest plan would in theory give the US unparalleled sway over energy supplies to Europe, the people said, after EU countries moved to end their dependence on Russian gas in the aftermath of the invasion.But the obstacles are considerable. It would require the US to lift sanctions against Russia, Russia to agree to resume sales it cut off during the war, and Germany to allow the gas to flow to any potential buyers in Europe.“The US would say, ‘Well, now Russia will be dependable because trustworthy Americans are in the middle of it’,’” said a former senior US official, who was aware of some of the dealmaking efforts. The US investors would collect “money for nothing”, he added.The talks come as the Trump administration races to seal a peace deal through bilateral discussions with Russia that have excluded Europe and Ukraine, spooking European capitals who fear a US détente with Moscow could threaten the continent. Trump has promised deeper economic co-operation with Russia if a peace agreement can be reached.Putin, Russia’s president, has talked up the economic benefits he says the US could reap with the Kremlin in the event of a settlement in Ukraine, claiming that “several companies” were already in touch over potential deals.Nord Stream 2 AG, the pipeline’s Swiss-based parent company, received an exceptional stay on bankruptcy proceedings in January by at least four months.According to a redacted court document, Nord Stream 2’s shareholder — Gazprom — argued that the new Trump administration, as well as the German election in February 2025, “presumably can have significant consequences on the circumstances of Nord Stream 2” to warrant a delay. The submission pointed to “complex geopolitical affairs” and the sanctions regime.Warnig told the Financial Times he was “not involved in any discussions with any American politicians or business representatives”, adding that he was “following in this respect the rules [as a] US sanctioned person”.Dmitry Peskov, Putin’s spokesman, said he had no information on any talks regarding the pipeline. Gazprom declined to comment. A lawyer representing Nord Stream 2 in Swiss insolvency proceedings and a court-appointed custodian of Nord Steam 2 creditors did not respond to FT requests for comment.Warnig, 69, has said he became a close friend of Putin’s in the 1990s after setting up an office for lender Dresdner Bank in St Petersburg, where the then-unknown Putin headed the city’s foreign relations committee.The two became so close that Putin asked Warnig to put up his daughters at the banker’s house in Rödermark when their mother was seriously injured in a car accident.Putin, who speaks fluent German, taught Warnig’s children to ski in Davos and invited him to his father’s funeral, according to a 2023 interview with the former Stasi officer in Die Zeit.But Warnig called Putin’s invasion an “indescribable mistake” and resigned from the boards of two Kremlin-run energy companies after the war in Ukraine broke out in 2022.He told Die Zeit that he made a personal appeal to Putin to end the invasion a few months in and said the Russian president was so isolated that “the only person who can still say something to him is me”.Warnig left Nord Stream 2 AG, the Russian-owned company that manages the pipeline, in 2023, but told Die Zeit that Gazprom’s chief executive, Alexei Miller, had guaranteed to cover its costs in the hope of saving what remained.Joe Biden’s US administration sanctioned Warnig and Nord Stream 2 AG in 2022. Biden officials showed little interest in a proposal to buy Nord Stream 2 last year from Stephen Lynch, an American businessman with a record of working in Russia.Other potential investors have come forward since Lynch first expressed interest. The person with direct knowledge of Gazprom’s discussions said its advanced talks were with a different US-led consortium from Lynch.Lynch declined to comment when contacted by the FT. He has applied for a licence from the US Treasury’s Office of Foreign Assets Control for the Nord Stream proposal. Lynch was previously granted one to bid for the former Swiss subsidiary of sanctioned Russian lender Sberbank in 2022.© AFP via Getty ImagesTrump was outspoken in his criticism of the pipeline during his first term as president. It has become a symbol for those who blamed Germany — and Europe by extension — for relying too much on Russian gas and helping to finance Moscow’s military machine.But some of Trump’s team now see the pipeline, which runs from Russia’s Vyborg in the Gulf of Finland to Greifswald on Germany’s Baltic coast, as a strategic asset that can be leveraged in the Ukraine peace talks, according to administration officials.The complex ownership structure of Nord Stream 2 presents serious potential obstacles for any investment.Nord Stream 2 is 100 per cent owned by Gazprom. But five European energy companies — Shell, Uniper, OMV, Engie and Wintershall — collectively provided around half of its $11bn construction costs through loans. All five European companies have written off those debts.The German government in 2022 pulled the plug on the licensing procedure of Nord Stream 2 and never issued the paperwork required to operate it.Ownership of the pipeline could in theory give US investors a lever to control Russian gas flows to Europe, which is a key market for US liquefied natural gas exports shipped across the Atlantic in tankers.But former senior US officials and western businessmen with experience investing in Russia said Trump and Putin’s sign-off alone would not be enough to get Nord Stream 2 up and running.“I can’t imagine the board of any major US corporations saying, ‘Hey, let’s jump back into the Russian market’ right now, and the Russians know this too — they’ve seen these oscillations in American policy,” a former senior US official said.“Europe still has sanctions in place, and Germany signing up for the rehabilitation of Nord Stream would cause huge rifts. Anything like that is a ways off.”
Americans delay home improvements in latest blow to US housing marketHigh interest rates and uncertainty over immigration policy discourage homeowners from selling or renovating propertiesHome Depot is one of several companies forecasting weak sales growth for home improvement © BloombergHigh interest rates and uncertainty surrounding President Donald Trump’s plans for tariffs and mass deportations are biting into demand for US home improvements, the latest signs of a tepid housing market.Shares of Jeld-Wen Holdings, which sells residential doors and windows, tumbled 6 per cent on Friday to a record low of $5.50. In an earnings report last month, the company forecast revenues would drop 4 to 9 per cent for 2025 compared with last year.The shares sank despite chair David Nord buying $119,000 of the company’s stock this week, a move often seen by investors as a sign of confidence.Shares in AO Smith and BlueLinx, which sell water heaters and plywood respectively, have also dropped to the lowest levels since late 2023. Earlier this year, AO Smith forecast flat to modest sales growth for 2025, while BlueLinx warned about continuing uncertainty over the timing of a sustained housing recovery.Comprising about 4 per cent of US GDP, residential remodelling and home construction have been hit hard by the Federal Reserve’s decision to keep interest rates higher for longer. Now, the Trump administration’s tariff threats and attacks on undocumented workers have added new stresses to the market.“It has been tepid for a while now really since the Fed began raising rates, and I also think the consumer is pretty conservative right now,” said Nicholas Fink, chief executive of Moen’s parent company Fortune Brands.The company said in its most recent annual report that tariffs and retaliatory tariffs could increase raw material prices.Fortune Brands’ share price is down 21 per cent over the past 12 months. Sales in its water division, which includes Moen, were flat last year and organic sales, excluding China and US hurricanes, were down 2 per cent.Pending home sales fell to an all-time low in January, the National Association of Realtors said last week. Stubbornly high mortgage rates continued to spook buyers, it said, adding that mortgage rates remain nearly 7 per cent across the US.Home Depot, the nation’s largest home improvement retailer, reported a return to growth in same-store sales in its latest quarter, but management forecast a weak 1 per cent rise for 2025. Higher interest rates have kept homeowners from selling or taking out loans to finance big remodelling projects.Trump’s eagerness to deport undocumented workers poses a particular threat to the construction industry. While no one knows how many undocumented workers are in construction, ISI Evercore estimated in December that the total was at least 15 to 20 per cent.“Absolutely some of the activity around deportations is a risk for this sector,” said Kurt Yinger, a vice-president at DA Davidson.Worries about immigration enforcement officers taking away construction crews, “creates more of the risk that the following day a couple siding crews don’t show up”, he said.“Things like that could add to what is already not expected to be a super-robust demand year” for housing, he added. BlueLinx said in its annual report this year that labour shortages “due to immigration enforcement activities” pose a risk. “Anything we do to increase the cost of home ownership I think is going to be counter-productive,” said chief executive Shyam Reddy.
Europe to devise Ukraine peace plan and back it with ‘boots on the ground’Sir Keir Starmer said Europe “must do the heavy lifting” in ensuring a durable peace deal between Russia and Ukraine but added that the “effort must have strong US backing”.“The UK is prepared to back this with boots on the ground and planes in the air together with others,” he told a press conference on Sunday after a summit in London of 19 international leaders.Starmer said the UK and France would lead a European effort to devise a peace plan that they would then take to the US.The summit came after the disastrous White House meeting between Volodymyr Zelenskyy and Donald Trump on Friday.Leaving the summit, Mark Rutte, Nato secretary-general, said the “debate is ongoing” over US security guarantees for Ukraine, even though Trump earlier this week said: “I’m not going to make security guarantees beyond very much. We’re going to have Europe do that.”The mainly European discussion in London also included Canadian Prime Minister Justin Trudeau and Turkish foreign minister Hakan Fidan. Most of the meeting was held behind closed doors.In the US, national security adviser Mike Waltz said earlier that Russia would have to make concessions on Ukraine’s security in exchange for compromises on territory in any deal to end its war with Ukraine.“This war needs to end, and that’s going to take concessions on territory. That’s going to take Russian concessions on security guarantees,” Waltz told CNN.