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El turismo barato es un avance social, como lo fue el trigo barato, y la burbuja inmobiliaria es muy anterior a AirBnB. Contra estos dos argumentos, solo hay falacias post hoc.El turismo como catalizador de no se qué, es el último espantajo una vez descartados los compradores americanos, los chinos, los rusos, los venezolanos y los extraterrestres.Es triste ver que incluso en este foro calan los falsos argumentos ladrilleros.
La cuestión ya no es solo cómo viajaremos en el futuro, sino si el planeta puede permitirse que lo hagamos todos, todo el tiempoMiguel JorgeAntes de que los aeropuertos se convirtieran en pequeñas ciudades y las low cost se multiplicaran llenando el cielo de Europa, volar era un privilegio reservado a unos pocos. Hoy, en cambio, el turismo global y masivo crece sin freno, empuja a las aerolíneas a multiplicar rutas y aviones, y amenaza con desbordar no solo los destinos más icónicos, sino también la capacidad misma del planeta para sostenerlo.Una curva infinita. La aviación comercial refleja de manera directa la evolución de la economía mundial. Cada vez que el PIB global aumenta, también lo hace el número de pasajeros que vuelan y, con ello, la demanda de nuevos aviones para sustituir a los antiguos o ampliar flotas. Las crisis (desde la burbuja tecnológica a la recesión de 2008, pasando por los atentados del 11-S, la pandemia del COVID o la guerra en Ucrania) solo han conseguido frenar momentáneamente el tráfico aéreo. Tras cada parón, la curva ha retomado su tendencia de crecimiento, que se sitúa en torno al 4% anual. Los denominados Revenue Passenger Miles ya se han recuperado a niveles prepandémicos, consolidando la idea de que volar es una de las industrias más resilientes de la globalización.El ”bleirure”. Aunque la gran mayoría de kilómetros aéreos corresponde a turistas (se calcula que el 85 % del total) son los pasajeros de negocios, apenas un 12-15% del volumen, quienes generan hasta tres cuartas partes de los beneficios. Estos clientes pagan asientos premium, hacen cambios de última hora y compran servicios adicionales. Sin embargo, la pandemia introdujo un nuevo patrón: el “bleisure”, viajes que combinan trabajo y ocio gracias a la flexibilidad del teletrabajo. Las aerolíneas han reaccionado multiplicando las categorías de cabina y buscando captar al viajero que ya no se conforma con el binomio tradicional entre turista low-cost y ejecutivo de primera clase. La proliferación de clases intermedias refleja un mercado en el que las fronteras entre trabajo y placer se diluyen cada vez más.Las hordas y las urbes. Recordaban en Forbes que la reapertura tras la pandemia provocó el fenómeno de “revenge travel”: millones de viajeros sacaron sus listas de lugares soñados y se lanzaron a visitar los destinos más icónicos. Francia, que lidera el turismo mundial desde hace tres décadas, superó los 100 millones de visitantes anuales, España, Italia, Turquía y Estados Unidos completan el top cinco. ¿El problema? Que esta avalancha ha tenido un coste: el Coliseo, la Torre Eiffel o el Louvre viven jornadas de saturación extrema, mientras otros lugares emblemáticos han tenido que imponer restricciones. Notre Dame exige entradas con horario, el Partenón limita los accesos, Machu Picchu cerró temporalmente y el Monte Fuji ha establecido cupos y tasas. La lista de destinos “A” no crece al ritmo de la demanda, y la presión sobre los mismos espacios amenaza con hacerlos inhabitables.Saturación. El concepto de “overtourism”, o también la “turistificación”, se ha convertido en la mayor pesadilla de los destinos más populares. Ciudades como Venecia, Barcelona o Florencia han tenido que imponer límites al alojamiento turístico, prohibiciones de pisos de alquiler o tasas de acceso para intentar recuperar el equilibrio perdido. El fenómeno no solo erosiona la calidad de vida de los residentes, sino que también pone en riesgo el propio atractivo cultural y natural que atrae a los visitantes. La saturación estival, además, ya no se concentra solo en julio y agosto: los viajeros, empujados por olas de calor extremas como las de Europa en 2025, se desplazan hacia el otoño o la primavera, extendiendo la presión durante todo el año. Lo que se planteaba como un alivio temporal se ha convertido en otra vuelta de tuerca.Impacto climático. El crecimiento aéreo no solo tensiona ciudades y monumentos, también pone al planeta contra las cuerdas. Estudios recientes estiman que el turismo es responsable del 8,8% de las emisiones globales, y la aviación concentra hasta tres cuartas partes de esa huella si se incluyen efectos indirectos como las estelas. El problema es que la eficiencia tecnológica avanza demasiado despacio: apenas un 0,3% anual frente al 3,8% de incremento del tráfico. Los combustibles sostenibles, el hidrógeno o la electrificación aún son proyectos incipientes, incapaces de cubrir vuelos de largo radio. Así, cada nuevo avión entregado garantiza crecimiento en las emisiones, pese a que los presupuestos de carbono del planeta ya están prácticamente agotados.Un planeta al límite. La expansión del turismo aéreo genera un triple límite: físico, social y climático. Físico, porque aeropuertos, aviones y ciudades no pueden absorber volúmenes ilimitados de viajeros. Social, porque las comunidades locales comienzan a rebelarse contra la turistificación masiva que encarece la vivienda y degrada los espacios comunes. Y climático, porque la huella de carbono del sector amenaza con neutralizar cualquier avance hacia los objetivos de sostenibilidad global. La paradoja es que, mientras la industria aeronáutica acumula una cartera de pedidos de más de siete años y defiende que aún queda espacio para crecer, los expertos en sostenibilidad y gobernanza insisten en que solo con límites (cupos, tasas ambientales, diversificación de destinos) podrá evitarse un colapso irreversible.El dilema del turismo. Así, el turismo de masas, tal como lo hemos conocido, se enfrenta a una encrucijada histórica. La industria acelera hacia la expansión y los consumidores mantienen el deseo de viajar más lejos y más a menudo, pero la realidad es que no hay espacio físico suficiente, ni ciudades capaces de absorber tanto visitante, ni margen climático para sostener un sector de crecimiento infinito. La cuestión, por tanto, ya no es solo cómo viajaremos en el futuro, sino si el planeta puede permitirse que lo hagamos todos, a todas horas y todo el tiempo. Si se quiere también, el mito de un turismo global sin freno parece estar resquebrajándose: porque no hay sitio, no hay aviones, y no hay planeta que resista tanto turismo.
Cita de: CHOSEN en Octubre 09, 2025, 09:22:15 amEl turismo barato es un avance social, como lo fue el trigo barato, y la burbuja inmobiliaria es muy anterior a AirBnB. Contra estos dos argumentos, solo hay falacias post hoc.El turismo como catalizador de no se qué, es el último espantajo una vez descartados los compradores americanos, los chinos, los rusos, los venezolanos y los extraterrestres.Es triste ver que incluso en este foro calan los falsos argumentos ladrilleros.No creo haber entendido lo que comentas.Turismo barato fue lo que empezó a haber en los 60. Eso sí fue un avance social porque antes de eso la clase trabajadora estaba prácticamente encerrada en su ciudad o su pueblo. Ahí se pudo empezar a ver país.Poder viajar también fuera del país y conocer sitios o monumentos que hasta entonces como mucho veías en los libros del colegio o documentales, pues también lo podemos considerar progreso.Lo que no puede ser es que a un inglés le salga (mucho más) barato un billete de avión a Ibiza que un billete de tren de Liverpool a Manchester. Y que el "paquete turístico" sea ir a Magaluf, ir a la playa a ponerse rojo como una gamba, y luego soplar hasta coger un coma etílico. El turismo de un tiempo para acá es depredador para los residentes. Llama mucho la atención ver que en Ibiza ya no se puede examinarse del carnet de coche, o sacar una fotocopia.Si te refieres a que el pinchazo del turismo, que ya es evidente, va a catalizar otras caídas, lo dudo mucho. El inmobiliario es la última trinchera de la extracción de rentas, lo sabemos aquí. La furia contra el teletrabajo ha venido porque hundía el precio de las oficinas, habiendo fondos de por medio que a ver cómo le dicen a sus inversores que se jodió el invento. Pero eso no ha evitado caídas, porque hay empresas que no tienen tanta necesidad de oficina física. El comercial también tiene sus problemas. Es el residencial donde está la última trinchera, y caerá igual que con todas las burbujas: cuando los precios sean insostenibles. Irreales hace mucho tiempo que lo son, lo que hay que alcanzar es el punto en el que sean impagables. A partir de ahí, la rueda ya gira.
Pero el mayor peligro es la forma en la que desvirtúan la concepción de la vivienda como derecho. Como espacio para vivir. Convirtiéndola en el activo de moda. En las nuevas criptomonedas. Y legitimando la salida de vivienda del mercado residencial. "Prefieren optar por el mercado vacacional, de habitaciones o de temporada, del que igual pueden sacar 200 veces más rentabilidad. Les rige la lógica del beneficio", resume Jacinto. Modalidades de vivienda que, como bonus, escapan a la regulación de las normativas más garantistas con los derechos del inquilino: la Ley de Vivienda y la de Arrendamientos Urbanos.[...]Ury Vice, Pau Antó, José Muñoz... Cada vez son más y cada vez tienen más impacto en la opinión pública. Sobre todo entre los más jovenes. Eso sí, más en ellos que en ellas. "La forma de poner coto a estas prácticas es promover una fiscalidad que las penalice", apunta Jacinto. "Para que deje de salir tan rentable especular con un derecho básico como la vivienda", ahonda la letrada. Sin olvidar una regulación efectiva de los modelos del alquiler turístico y de temporada. "Que quede claro: ni el rentismo es una profesión, ni la vivienda un activo financiero", sentencia la abogada.
Living on thin air...https://www.ft.com/content/36582d44-2592-4de7-a252-c2797fa65a48CitarFirst Brands creditor claims as much as $2.3bn has ‘simply vanished’Raistone calls for independent examiner to probe auto supplier’s downfallFirst Brands sells car parts such as windscreen wipers and brake components © Lance King/Getty ImagesOne of First Brands’ largest creditors has alleged that as much as $2.3bn has “simply vanished” as part of the bankrupt auto supplier’s failure, calling for an independent examiner to probe its downfall.The claim from Raistone, a technology group that helped arrange a significant portion of First Brands’ off-balance sheet financing with investors, highlights the scale of losses that lenders fear they could suffer as part of the collapse.First Brands’ swift downfall has sent ripples through global credit markets, the source of trillions of dollars of debt that companies rely on to finance their operations. Investors are now closely watching the bankruptcy proceedings.Raistone said, with up to $2.3bn of assets “unaccounted for”, the appointment of an outside examiner to lead an investigation was “critical to maximising recovery for creditors”.“The debtors should not be permitted to appoint the very parties that will investigate their own potential misconduct,” wrote Richard Jacobsen, counsel for Raistone.First Brands has appointed two independent directors to lead an investigation into its off-balance sheet financing arrangements as part of its bankruptcy. Its existing management team, including chief executive officer and founder Patrick James, is still in place.First Brands has also hired the law firm Weil, Gotshal & Manges and investment bank Lazard to shepherd it through the bankruptcy process.The company’s advisers told the court overseeing its bankruptcy that they could not account for $1.9bn of assets meant to serve as collateral to First Brands’ creditors.“The debtors have already at a minimum admitted to accounting irregularities in this instance, but an investigation by the debtors into their own potential wrongdoing is woefully insufficient given the magnitude of potential misconduct at issue,” said Jacobsen in his petition for Raistone.First Brands declined to comment.Erica Weisgerber, counsel for First Brands’ owners and top executives, told the court this month: “We’ll continue to hear allegations . . . about the company and its management. And on behalf of our clients, we want to be on the record categorically refuting those allegations.”Raistone on Wednesday noted it was owed at least $172mn. The group, which is part-owned by a fund operated by UBS O’Connor, has been tied to investors with $631mn of exposure to First Brands’ invoices, bankruptcy filings show.Sunny Singh, a lawyer for First Brands, said there were “zero dollars” when asked at a hearing this month where roughly $2bn raised by First Brands through “factoring” — a type of off-balance sheet invoice financing — was held.“It’s not here. We don’t have it,” he said. “There’s $12mn in the bank account today. That’s it. There’s nothing else.”In most US bankruptcies, the judge allows the company and its advisers to direct the case, believing a debtor-driven process maximises recoveries for all stakeholders.However, creditors often worry that in contentious cases with the spectre of potential wrongdoing, debtors may not vigorously look into past behaviour.Bankruptcy court often becomes the venue to hash out misconduct allegations in big corporate blow-ups.The bankruptcy case of FTX, for example, involved an examiner who probed the cryptocurrency exchange’s actions before it collapsed into insolvency.
First Brands creditor claims as much as $2.3bn has ‘simply vanished’Raistone calls for independent examiner to probe auto supplier’s downfallFirst Brands sells car parts such as windscreen wipers and brake components © Lance King/Getty ImagesOne of First Brands’ largest creditors has alleged that as much as $2.3bn has “simply vanished” as part of the bankrupt auto supplier’s failure, calling for an independent examiner to probe its downfall.The claim from Raistone, a technology group that helped arrange a significant portion of First Brands’ off-balance sheet financing with investors, highlights the scale of losses that lenders fear they could suffer as part of the collapse.First Brands’ swift downfall has sent ripples through global credit markets, the source of trillions of dollars of debt that companies rely on to finance their operations. Investors are now closely watching the bankruptcy proceedings.Raistone said, with up to $2.3bn of assets “unaccounted for”, the appointment of an outside examiner to lead an investigation was “critical to maximising recovery for creditors”.“The debtors should not be permitted to appoint the very parties that will investigate their own potential misconduct,” wrote Richard Jacobsen, counsel for Raistone.First Brands has appointed two independent directors to lead an investigation into its off-balance sheet financing arrangements as part of its bankruptcy. Its existing management team, including chief executive officer and founder Patrick James, is still in place.First Brands has also hired the law firm Weil, Gotshal & Manges and investment bank Lazard to shepherd it through the bankruptcy process.The company’s advisers told the court overseeing its bankruptcy that they could not account for $1.9bn of assets meant to serve as collateral to First Brands’ creditors.“The debtors have already at a minimum admitted to accounting irregularities in this instance, but an investigation by the debtors into their own potential wrongdoing is woefully insufficient given the magnitude of potential misconduct at issue,” said Jacobsen in his petition for Raistone.First Brands declined to comment.Erica Weisgerber, counsel for First Brands’ owners and top executives, told the court this month: “We’ll continue to hear allegations . . . about the company and its management. And on behalf of our clients, we want to be on the record categorically refuting those allegations.”Raistone on Wednesday noted it was owed at least $172mn. The group, which is part-owned by a fund operated by UBS O’Connor, has been tied to investors with $631mn of exposure to First Brands’ invoices, bankruptcy filings show.Sunny Singh, a lawyer for First Brands, said there were “zero dollars” when asked at a hearing this month where roughly $2bn raised by First Brands through “factoring” — a type of off-balance sheet invoice financing — was held.“It’s not here. We don’t have it,” he said. “There’s $12mn in the bank account today. That’s it. There’s nothing else.”In most US bankruptcies, the judge allows the company and its advisers to direct the case, believing a debtor-driven process maximises recoveries for all stakeholders.However, creditors often worry that in contentious cases with the spectre of potential wrongdoing, debtors may not vigorously look into past behaviour.Bankruptcy court often becomes the venue to hash out misconduct allegations in big corporate blow-ups.The bankruptcy case of FTX, for example, involved an examiner who probed the cryptocurrency exchange’s actions before it collapsed into insolvency.
Sobre burbujas.En tres días AMD ha subido casi un 40% porque anunció un megacontrato de suministro para OpenAI. Un acuerdo suministro en el que AMD ha puesto como garantía de ejecución frente a OPEN AI acciones de AMD.Ni siquiera sé si esto en España se podría hacer. Las acciones no son propiedad de AMD sino de sus accionistas...sabemos que en USA son muy laxos con lo de la autocartera, así que igual AMD tiene un 10% de sus propias acciones en propiedad para ponerlas en garantía.Pero bueno esa no es la cuestión, la cosa es que una empresa sube un 40% en bolsa por el mero hecho de conseguir un contrato de suministro. Una empresa que ha tenido un margen de operaciones del -2% en el último trimestre.Su cliente no se sabe lo que pierde. En serio. No hay forma de encontrar un income statement de OpenAI. Ni siquiera se puede encontrar una página medio seria que haga estimaciones (no vaya a ser que asusten al personal). Como mucho se pueden encontrar estimaciones de gente tan cuñada como el menda en diferentes foros parecidos a este. ¿10 o 12 mil millones (billions) anuales al ritmo actual?.Pero nos encontraremos en cualquier página seria que la valoración de OpenAI es de 500 mil millones (0,5 trillions), lejos de los 2 o 3 trillions de las 7 grandes, pero que hacen que sea la compañía no cotizada (no privada, como dicen las malas traducciones) de mayor valoración.¿Y de dónde sale esa valoración?. Pues de que un grupo de fondos: Mubadala, Softbank, Thrive Capital, SoftBank, Dragoneer y T. Rowe Price, ha comprado unas acciones a un determinado precio. No es poco dinero: 6,6 mil millones y de ahí se extrapola a cuánto valen el total de las acciones. Es decir, los golferos han comprado un 1,3% de las acciones de OpenAI por 6,6 mil millones, luego, OpenAI vale 500 mil millones.La compra no ha supuesto dinero para OpenAI puesto que esas acciones eran propiedad de gente vinculada (empleados y primeros inversores). OpenAI LP tiene 100 empleados...CitarDigresión:¿Ustedes se imaginan a 100 requetemillonarios trabajando?. -Oye paco, que esto tiene que estar para la semana que viene.Si yo fuera mal pensado, pensaría que los gestores del dinero de otras personas se ponen de acuerdo con los dueños de las acciones de OpenAI y por una "pequeña" comisión, dicen que valen un potosí, les compran unas cuantas a un precio desmesurado con el dinero de otras personas y cortan su comisión de ese mismo dinero.Bueno, debido a que un cliente que ha quedado demostrado que vale un potosí, te firma un contrato de suministro, ahora vales un 40% más que hace unos días.Por favor, que venga Bendita y nos lo explique.
Digresión:¿Ustedes se imaginan a 100 requetemillonarios trabajando?. -Oye paco, que esto tiene que estar para la semana que viene.
Cita de: sudden and sharp en Octubre 04, 2025, 19:41:11 pmY Madrid encontró su hueco en el mundo del videojuego: más de 200 empresas consolidan el sectorhttps://www.elconfidencial.com/espana/madrid/2025-10-04/y-madrid-encontro-su-hueco-en-el-mundo-audiovisual-mas-de-200-empresas-consolidan-el-sector-del-videojuego_4220941/Cerca del 30% de todo el mercado español se concentra en la región y hay más de 6.500 profesionales. El Ayuntamiento potencia Madrid In Game con compañías de juegos convencionales y otras que apuestan por gamificar procesosEsto sería muy interesante... de momento, soy un poco escéptico.CitarEl sector mueve en la Comunidad de Madrid unos 830 millones de euros con más de 250 empresas. Y de estas, 1 de cada 5 están asentadas en la capital, unas 58. En cuanto a los puestos de empleo generados, hay unos 6.500 profesionales que trabajan en el sector dentro de la región y de estos, unos 400 en la ciudad de Madrid. "Queremos impulsar la industria en la capital por una cuestión muy evidente: el sector tiene prácticamente un 100% de empleabilidad y además, está muy bien remunerado", puntualiza Ángel Niño y explica: "Se requieren perfiles de todo tipo: guionistas, dobladores, financieros, ingenieros… Por ejemplo, un renderizador -persona que crea imágenes o vídeos fotorrealistas a partir de modelos 3D- puede cobrar en torno a 100.000 euros al año". -----Madrid in Hellgame... Aquí un desertor de la industria del videojuego. Aunque en España el talento no falta, la industria del videojuego español no despega ni se consolida porque tiene un techo de cristal que nos lo hemos puesto nosotros mismos.Hay muchos artículos al respecto. La era dorada del videojuego español fue en los 80, con los 8 bits. Hay muchos ejemplos como Opera Soft o La Abadía del Crimen. El paso de la industria a los 16 bits nos crujió porque no fuimos capaces de adaptar una parte importante de los estudios que había. Una excepción fue Dinamic Multimedia. La empresa originaria, Dinamic a secas, casi desaparece pero logró refundarse y encontrar un pelotazo (nunca mejor dicho) llamado PcFútbol. Un juego que en España fue El Juego con mayúsculas. Uno que tenían muchos.El dueño de DM se quiso subir al carro de las puntocom e infló la empresa con intención de venderla. Le pilló el crack antes, y el mismo tipo que hizo grande a DM la hundió. Luego vino otro pelotazo, Commandos a cargo de Pyro Studios. Un one-hit-wonder, o caso de un solo producto de éxito, que con el tiempo se desinfló porque no fueron capaces de replicarlo. Pyro hace años que no existe.El sector de los videojuegos factura muchísimo, sí. Pero es una industria trituradora de personal. Hay que dejarse poco menos que la salud para conseguir un buen resultado. Y esto era hace años, en los que el mercado no estaba hipersaturado como ahora. Las tiendas de apps móviles y Steam están inundadas de títulos que en muchos casos no alcanzan la rentabilidad por simple saturación.No es una industria para cualquiera. Pero es que encima en España tenemos otro problema. No tenemos cultura de dejar que el nerd rarito pero con mucho cerebro haga su magia. Aplicamos sin disimulo el mismo modelo charcutero de las consultoras o peor, en vez de decir "que el nerd éste haga lo que quiera con tal de que yo, su inversor, me forre".Servidor ya está harto de ver cómo se tira dinero en subvenciones en empresas españolas de videojuegos sin que se traduzcan en un porcentaje mínimo de empresas viables y duraderas. Por lo menos podrían financiarse con capital privado.Y ojito porque hay otro frente que yo no perdería de vista: los Z. Los Z están poniendo muchas cosas patas arriba pero porque están teniendo una reacción lógica a muchas estupideces. Tinder y Bumble, apps de citas por excelencia, sobre todo la primera, están pegando un bajonazo porque se ha perdido la fe en un app para ligar y se va recuperando la confianza en los "métodos tradicionales", que no son más que socializar e interactuar en persona y sin pantallas de por medio. Con los videojuegos los Z pueden ser capaces de hacer lo mismo.Porque, honestamente, y aunque suene a comentario de Abuelo Cebolleta, pocos juegos hay con la calidad de antes. Aunque haya gráficos despampanantes ya no hay tanta calidad en las mecánicas. Y si hablamos de los micropagos, el famoso "p2w" o "pay to win", "para ganar hay que pagar", ya hay más de uno que piensa que para eso es mejor volver a pagar 20, 30, 60 si me apuran y tener de una tacada un juego completo.Resumen del tocho. Los juegos funcionaron bien cuando eran hechos por jugadores para jugadores. Y cuando el vil metal olió el negocio y entró en escena, empezó la decadencia. Miren si no cómo hasta las gordas están en crisis. Ubisoft con una crisis de reputación del carajo, y EA con una deuda también del carajo y vendida a un fondo saudí.
Y Madrid encontró su hueco en el mundo del videojuego: más de 200 empresas consolidan el sectorhttps://www.elconfidencial.com/espana/madrid/2025-10-04/y-madrid-encontro-su-hueco-en-el-mundo-audiovisual-mas-de-200-empresas-consolidan-el-sector-del-videojuego_4220941/Cerca del 30% de todo el mercado español se concentra en la región y hay más de 6.500 profesionales. El Ayuntamiento potencia Madrid In Game con compañías de juegos convencionales y otras que apuestan por gamificar procesosEsto sería muy interesante... de momento, soy un poco escéptico.CitarEl sector mueve en la Comunidad de Madrid unos 830 millones de euros con más de 250 empresas. Y de estas, 1 de cada 5 están asentadas en la capital, unas 58. En cuanto a los puestos de empleo generados, hay unos 6.500 profesionales que trabajan en el sector dentro de la región y de estos, unos 400 en la ciudad de Madrid. "Queremos impulsar la industria en la capital por una cuestión muy evidente: el sector tiene prácticamente un 100% de empleabilidad y además, está muy bien remunerado", puntualiza Ángel Niño y explica: "Se requieren perfiles de todo tipo: guionistas, dobladores, financieros, ingenieros… Por ejemplo, un renderizador -persona que crea imágenes o vídeos fotorrealistas a partir de modelos 3D- puede cobrar en torno a 100.000 euros al año". -----Madrid in Hellgame...
El sector mueve en la Comunidad de Madrid unos 830 millones de euros con más de 250 empresas. Y de estas, 1 de cada 5 están asentadas en la capital, unas 58. En cuanto a los puestos de empleo generados, hay unos 6.500 profesionales que trabajan en el sector dentro de la región y de estos, unos 400 en la ciudad de Madrid. "Queremos impulsar la industria en la capital por una cuestión muy evidente: el sector tiene prácticamente un 100% de empleabilidad y además, está muy bien remunerado", puntualiza Ángel Niño y explica: "Se requieren perfiles de todo tipo: guionistas, dobladores, financieros, ingenieros… Por ejemplo, un renderizador -persona que crea imágenes o vídeos fotorrealistas a partir de modelos 3D- puede cobrar en torno a 100.000 euros al año".
El inevitable aumento de los viajes aéreos nos está llevando a una realidad: no hay sitios, ni aviones, ni planeta para tanto turistaCitarLa cuestión ya no es solo cómo viajaremos en el futuro, sino si el planeta puede permitirse que lo hagamos todos, todo el tiempoMiguel JorgeAntes de que los aeropuertos se convirtieran en pequeñas ciudades y las low cost se multiplicaran llenando el cielo de Europa, volar era un privilegio reservado a unos pocos. Hoy, en cambio, el turismo global y masivo crece sin freno, empuja a las aerolíneas a multiplicar rutas y aviones, y amenaza con desbordar no solo los destinos más icónicos, sino también la capacidad misma del planeta para sostenerlo.Una curva infinita. La aviación comercial refleja de manera directa la evolución de la economía mundial. Cada vez que el PIB global aumenta, también lo hace el número de pasajeros que vuelan y, con ello, la demanda de nuevos aviones para sustituir a los antiguos o ampliar flotas. Las crisis (desde la burbuja tecnológica a la recesión de 2008, pasando por los atentados del 11-S, la pandemia del COVID o la guerra en Ucrania) solo han conseguido frenar momentáneamente el tráfico aéreo. Tras cada parón, la curva ha retomado su tendencia de crecimiento, que se sitúa en torno al 4% anual. Los denominados Revenue Passenger Miles ya se han recuperado a niveles prepandémicos, consolidando la idea de que volar es una de las industrias más resilientes de la globalización.El ”bleirure”. Aunque la gran mayoría de kilómetros aéreos corresponde a turistas (se calcula que el 85 % del total) son los pasajeros de negocios, apenas un 12-15% del volumen, quienes generan hasta tres cuartas partes de los beneficios. Estos clientes pagan asientos premium, hacen cambios de última hora y compran servicios adicionales. Sin embargo, la pandemia introdujo un nuevo patrón: el “bleisure”, viajes que combinan trabajo y ocio gracias a la flexibilidad del teletrabajo. Las aerolíneas han reaccionado multiplicando las categorías de cabina y buscando captar al viajero que ya no se conforma con el binomio tradicional entre turista low-cost y ejecutivo de primera clase. La proliferación de clases intermedias refleja un mercado en el que las fronteras entre trabajo y placer se diluyen cada vez más.Las hordas y las urbes. Recordaban en Forbes que la reapertura tras la pandemia provocó el fenómeno de “revenge travel”: millones de viajeros sacaron sus listas de lugares soñados y se lanzaron a visitar los destinos más icónicos. Francia, que lidera el turismo mundial desde hace tres décadas, superó los 100 millones de visitantes anuales, España, Italia, Turquía y Estados Unidos completan el top cinco. ¿El problema? Que esta avalancha ha tenido un coste: el Coliseo, la Torre Eiffel o el Louvre viven jornadas de saturación extrema, mientras otros lugares emblemáticos han tenido que imponer restricciones. Notre Dame exige entradas con horario, el Partenón limita los accesos, Machu Picchu cerró temporalmente y el Monte Fuji ha establecido cupos y tasas. La lista de destinos “A” no crece al ritmo de la demanda, y la presión sobre los mismos espacios amenaza con hacerlos inhabitables.Saturación. El concepto de “overtourism”, o también la “turistificación”, se ha convertido en la mayor pesadilla de los destinos más populares. Ciudades como Venecia, Barcelona o Florencia han tenido que imponer límites al alojamiento turístico, prohibiciones de pisos de alquiler o tasas de acceso para intentar recuperar el equilibrio perdido. El fenómeno no solo erosiona la calidad de vida de los residentes, sino que también pone en riesgo el propio atractivo cultural y natural que atrae a los visitantes. La saturación estival, además, ya no se concentra solo en julio y agosto: los viajeros, empujados por olas de calor extremas como las de Europa en 2025, se desplazan hacia el otoño o la primavera, extendiendo la presión durante todo el año. Lo que se planteaba como un alivio temporal se ha convertido en otra vuelta de tuerca.Impacto climático. El crecimiento aéreo no solo tensiona ciudades y monumentos, también pone al planeta contra las cuerdas. Estudios recientes estiman que el turismo es responsable del 8,8% de las emisiones globales, y la aviación concentra hasta tres cuartas partes de esa huella si se incluyen efectos indirectos como las estelas. El problema es que la eficiencia tecnológica avanza demasiado despacio: apenas un 0,3% anual frente al 3,8% de incremento del tráfico. Los combustibles sostenibles, el hidrógeno o la electrificación aún son proyectos incipientes, incapaces de cubrir vuelos de largo radio. Así, cada nuevo avión entregado garantiza crecimiento en las emisiones, pese a que los presupuestos de carbono del planeta ya están prácticamente agotados.Un planeta al límite. La expansión del turismo aéreo genera un triple límite: físico, social y climático. Físico, porque aeropuertos, aviones y ciudades no pueden absorber volúmenes ilimitados de viajeros. Social, porque las comunidades locales comienzan a rebelarse contra la turistificación masiva que encarece la vivienda y degrada los espacios comunes. Y climático, porque la huella de carbono del sector amenaza con neutralizar cualquier avance hacia los objetivos de sostenibilidad global. La paradoja es que, mientras la industria aeronáutica acumula una cartera de pedidos de más de siete años y defiende que aún queda espacio para crecer, los expertos en sostenibilidad y gobernanza insisten en que solo con límites (cupos, tasas ambientales, diversificación de destinos) podrá evitarse un colapso irreversible.El dilema del turismo. Así, el turismo de masas, tal como lo hemos conocido, se enfrenta a una encrucijada histórica. La industria acelera hacia la expansión y los consumidores mantienen el deseo de viajar más lejos y más a menudo, pero la realidad es que no hay espacio físico suficiente, ni ciudades capaces de absorber tanto visitante, ni margen climático para sostener un sector de crecimiento infinito. La cuestión, por tanto, ya no es solo cómo viajaremos en el futuro, sino si el planeta puede permitirse que lo hagamos todos, a todas horas y todo el tiempo. Si se quiere también, el mito de un turismo global sin freno parece estar resquebrajándose: porque no hay sitio, no hay aviones, y no hay planeta que resista tanto turismo.No son comentarios de ecologista trasnochado. Es una realidad. No hay aviones ni alojamiento para que todo el mundo esté de turismo a la vez. Hay límites físicos que llevan tiempo tensionándose.Yo mismo estuve en el Louvre hace menos de dos años, no era verano, y era absolutamente inaguantable. ¿Qué hacemos ahora? ¿Ponemos cupos? ¿O dejamos que las cosas sigan su curso hasta que el turismo colapse? No tiene por qué ocurrir con una catástrofe o crisis económica. Puede bastar el hecho de que se está expulsando a la población residencial y que llegue un momento en que no haya personal para mantener el show. Lo de Baleares este verano avisa también de que si los precios siguen subiendo sin medida, va a llegar un momento en que no merecerá la pena abordarlos.En algún momento nos va a tocar replantearnos el concepto de "vacaciones", y entender que es un momento de descanso, de relax, de hacer lo que normalmente hacemos todo el año. Y que no hay ninguna obligación de estar todas las vacaciones yendo a destinos masificados.
Puede contener errores pero básicamente están todos (sin querer decirlo) metiendo billones en inversiones con la esperanza de que el advenimiento de la "IA fuerte" los salve a todos (no en el sentido espiritual).Salvando las distancias están financiando al amado líder que utiliza el dinero para construir una nave espacial con la que los llevará al planeta donde todos serán inmensamente felices:PD: no descarten que el dinero con el que OpenAI compre acciones de AMD lo ponga también Softbank.