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Al ser el grupo de los vacunados mayor que el de los no vacunados, al pasar los meses y perder efectividad las vacunas, los vacunados pasan a tener más hospitalizaciones y muertes (porque son muchos más). Podría ser que además los vacunados tomasen más riesgos que los no vacunados (pero esto estaría por ver).
https://www.eldiario.es/sociedad/omicron-abre-debate-cambio-fase-pandemia-paso-logico-hay-esperar_1_8616200.html Ómicron abre el debate sobre un cambio de fase en la pandemia: “Es el paso lógico, pero hay que esperar” La menor gravedad de esta variante apunta a un posible cambio de etapa de la COVID hacia una enfermedad más común cuando acabe la sexta ola, aunque aún es pronto para sacar conclusiones definitivas, advierten los epidemiólogosNo todo son malas noticias con la COVID. Justo cuando el coronavirus está más descontrolado, cuando todo el mundo conoce a alguien que ha dado positivo y se baten récords de contagiados a diario, empiezan a surgir algunas voces que hablan del fin de la pandemia y de paso del SARS-CoV-2 a endemia, una situación en la que una enfermedad está presente en la sociedad pero que limita su afección a unos ciertos casos más o menos estables a lo largo del año o en periodos concretos. Como la gripe
Pues que quieren que les diga. Cada vez tengo más claro que detrás de esto no hay nada.Y el último indicio es que con Omicron rampante (parece) y una ola que da el número de contagios diarios más alto que está poniendo a los hospitales y UCIS a niveles de diciembre de 2020 y que ya veremos como acaba, no se está haciendo casi nada e incluso se mandan mensajes tranquilizadores que no casan con los datos (si los comparamos neutralmente con los que se han dado en otras circunstancias).Simplemente porque no se les ocurre qué hacer. Igual mañana se les ocurre sacar a lo santos en romería y te dan un pasaporte si has salido x veces, pero de momento se han quedado sin ideas.-Todo se confío a las vacunas y a decir que eran la bomba confiando en que o fuese cierto o el bicho "se pasara solo" mientras tanto.-Los confinamientos duros tipo primavera de 2020 están descartados por sus efectos perniciosos y su ineficacia salvo que se prolonguen durante muchos meses en todo el mundo.-Los periodos de cuarentena se van a reducir o a ignorar independientemente de los datos porque en mi pueblo tendrían que estar confinando a 1200 positivos al día y a sus contactos estrechos, lo que llevaría a ir sacando de la circulación a entre 3000 y 5000 personas todos los días por periodos que podrían llegar a dos semanas y los números van creciendo lo que supondría un parón horroroso en servicios públicos y privados básicos y grandes dificultades en el resto de la actividad.Como no tienen ni idea, las únicas respuestas que cabe esperar son:-Terceros, cuartos y quintos pinchazos. A ver si funcionan y si no, pues mantenemos entretenido al personal hasta que se sepa que no.-Vacunaciones de niños que sabemos que casi no enferman y sólo excepcionalmente de forma grave, pero así mantenemos a la gente pensando que estamos haciendo algo.Lo más divertido de todo es cuando un político dice que tomará medidas siempre en función de lo que los científicos digan...Mehh!. Responsabilidades equivocadas. Los científicos detectan las epidemias y pandemias, aíslan los patógenos, estudian las formas de transmisión, llevan las estadísticas, hacen los papers, caracterizan al bicho, diseñan pruebas diagnósticas, prueban tratamientos...Pero no les toca determinar si es conveniente o no que se cierren los bares o si debo llevar mascarilla mientras hago flexiones en el parque.
Pues que quieren que les diga. Cada vez tengo más claro que detrás de esto no hay nada.---> Con esa misma ligereza, yo argumento que sí lo hay. Puede ser la n-ésima patada a la lata; un colateral más de donde seguir tirando deuda; a saber.Y el último indicio es que con Omicron rampante (parece) y una ola que da el número de contagios diarios más alto que está poniendo a los hospitales y UCIS a niveles de diciembre de 2020 y que ya veremos como acaba, no se está haciendo casi nada e incluso se mandan mensajes tranquilizadores que no casan con los datos (si los comparamos neutralmente con los que se han dado en otras circunstancias).---> esos contagios tan altos igual tienen que ver con el salto exponencial de número de pruebas que la histeria inducida por los media ha catalizado. Test para todos, hechos cada uno como Dios le dio a entender y que autoceban esa histeria. Esos mensajes tranquilizadores, emho, casarían con la imposibilidad de verificar cada caso "oficialmente" y que eso igual desmontaría la supuesta fiabilidad de las pruebas que el personal ha interiorizado y no es tal. Eso, o tanta histeria ya no es ni manejable. Simplemente porque no se les ocurre qué hacer. Igual mañana se les ocurre sacar a lo en romería y te dan un pasaporte si has salido x veces, pero de momento se han quedado sin ideas.-Todo se confío a las vacunas y a decir que eran la bomba confiando en que o fuese cierto o el bicho "se pasara solo" mientras tanto.-Los confinamientos duros tipo primavera de 2020 están descartados por sus efectos perniciosos y su ineficacia salvo que se prolonguen durante muchos meses en todo el mundo.-Los periodos de cuarentena se van a reducir o a ignorar independientemente de los datos porque en mi pueblo tendrían que estar confinando a 1200 positivos al día y a sus contactos estrechos, lo que llevaría a ir sacando de la circulación a entre 3000 y 5000 personas todos los días por periodos que podrían llegar a dos semanas y los números van creciendo lo que supondría un parón horroroso en servicios públicos y privados básicos y grandes dificultades en el resto de la actividad.Como no tienen ni idea, las únicas respuestas que cabe esperar son:-Terceros, cuartos y quintos pinchazos. A ver si funcionan y si no, pues mantenemos entretenido al personal hasta que se sepa que no.-Vacunaciones de niños que sabemos que casi no enferman y sólo excepcionalmente de forma grave, pero así mantenemos a la gente pensando que estamos haciendo algo.--->de verdad que no creo que sociedades como la austriaca o la italiana estén llegando a extremos distópicos (vacunas o no curras caso italiano, vacuna o multa, caso austriaco) si no se estuviera buscando un objetivo. El caso de los niños, mejor dejo los demonios dentro emulando a @el malo porque .....Lo más divertido de todo es cuando un político dice que tomará medidas siempre en función de lo que los científicos digan...Mehh!. Responsabilidades equivocadas. Los científicos detectan las epidemias y pandemias, aíslan los patógenos, estudian las formas de transmisión, llevan las estadísticas, hacen los papers, caracterizan al bicho, diseñan pruebas diagnósticas, prueban tratamientos...Pero no les toca determinar si es conveniente o no que se cierren los bares o si debo llevar mascarilla mientras hago flexiones en el parque.
Israel ya se está planteando que vacunación sí, pero contagio masivo, también, para poder adquirir inmunidad natural.
En el capítulo 16 del Levítico se nos cuenta el caso del chivo o macho cabrío que los israelitas expulsaban de la ciudad y enviaban al desierto, en el Día de la Expiación, con todas las faltas e impurezas del pueblo cargadas simbólicamente sobre sus lomos; y de este modo el pueblo quedaba purificado.Seguramente quien más a fondo haya estudiado esta figura del chivo expiatorio haya sido el filósofo francés René Girard, que dedicó gran parte de su obra a analizar los mecanismos de la violencia ritual tanto en las sociedades primitivas como en las contemporáneas. En su ensayo El chivo expiatorio, por ejemplo, Girard analiza los «estereotipos de la persecución» que afloran en las sociedades humanas cuando entran en un estado de crisis que tarde o temprano acaba resolviéndose mediante la proyección de la culpa sobre uno o varios inocentes. Las circunstancias que detonan estas persecuciones pueden ser internas (disturbios políticos o conflictos religiosos, por ejemplo) o bien externas (epidemias, sequías o inundaciones); y muy frecuentemente las circunstancias internas y externas forman amalgama –como ha ocurrido con motivo de la plaga coronavírica–, incendiando de pánico a los pueblos. En este clima de pánico se produce invariablemente una disolución de los vínculos sociales, de los afectos y solidaridades que se entablan en una comunidad sana, hasta que los pueblos degeneran en masa amorfa, en multitud o turba de perseguidores que necesitan achacar a alguien su infortunio, hasta convencerse –citamos de nuevo a Girard– «de que un pequeño número de individuos, o incluso uno solo, puede llegar, pese a su debilidad, a ser extraordinariamente nocivo para el conjunto de la sociedad». El pánico degenera siempre en eclipse de la conciencia, en irracionalidad rampante y orgullosa que sólo se aplaca cuando encuentra una diana que satisfaga su apetito de violencia. Y esa diana es el chivo expiatorio, a quien por supuesto los demagogos se apresuran a señalar, para hacer creer a la masa que velan por ella. Es exactamente lo que hace el cabrón de Caifás, ante el miedo y la confusión que padecen los fariseos y los miembros del Sanedrín: «Nos conviene que uno muera por el pueblo», afirma. Y es que nada conviene tanto a los demagogos como los chivos expiatorios.Los ‘no vacunados’ se han convertido hoy en los ‘enemigos’ de una sociedad pastoreada por demagogos que comercian con sus miedosEl pánico desatado por la plaga coronavírica, convenientemente azuzado por los demagogos, ha favorecido la construcción de un ‘responsable’ del infortunio colectivo. Primeramente un ‘responsable’ externo, el malhadado virus que nos golpea incansablemente, haciendo caso omiso de la protección de las llamadas ingenuamente ‘vacunas’, que poco a poco se revelan por completo ineficaces. Pero, una vez inoculados, no podemos aceptar que aquella ‘vacuna’ que se nos presentó como un antídoto infalible se revele un mejunje inane; y entonces nuestra conciencia moral se ofusca y nos convencemos de que necesitamos construir también un ‘enemigo’ interno, un chivo expiatorio sobre cuyos lomos podamos cargar nuestra frustración rabiosa. Ese chivo expiatorio es el ‘no vacunado’, que ninguna culpa tiene de que las llamadas ‘vacunas’ hayan resultado un fiasco; pero supersticiosamente hemos llegado a creerlo así, sobre todo después de que los demagogos lo señalen y estigmaticen. Se trata de un eclipse completo de la razón, de una emergencia de atavismos infames que los demagogos están utilizando a conciencia –como Caifás empleó el miedo del Sanedrín–, para que su incompetencia y perversidad queden impunes. Y aquellos ‘valores’ democráticos antaño adorados (en realidad, engañifas para consumo de ingenuos) han quedado de repente conculcados para el chivo expiatorio, que aparece como un delincuente a los ojos de las masas cretinizadas, mientras los medios de propaganda del régimen aplauden psicopáticamente esta persecución, que consideran una labor cívica. Como en otro tiempo los cristianos fueron calumniados de incendiarios de Roma –no sólo por la plebe, sino incluso por un historiador tan cultivado como Tácito– los ‘no vacunados’ se han convertido hoy en los ‘enemigos’ de una sociedad pastoreada por demagogos que comercian con sus miedos e inventan los bulos más burdos, con tal de poder desviar hacia los ‘no vacunados’ su frustración rabiosa, que así no se dirige contra los auténticos causantes de su mal (que entretanto se pueden seguir forrando tranquilamente). Y, mientras expulsan de la vida social a los ‘no vacunados’, mientras los denigran y señalan, mientras los estigmatizan y convierten en apestados, se enorgullecen de su civismo, como los paganos de antaño se enorgullecían de crucificar cristianos, en la seguridad de que su sangre aplacaría la cólera de los dioses. Pobres ilusos.